El exalcalde de San Salvador, Nayib Bukele, y el empresario Carlos Calleja disputan, palmo a palmo, en las elecciones presidenciales. Inseguridad y crisis económica son las preocupaciones de los salvadoreños

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2 de febrero de 2019, 4:00 AM
2 de febrero de 2019, 4:00 AM

Un ‘outsider’ conservador y un poderoso empresario son los favoritos para las elecciones presidenciales de mañana en El Salvador.

En las elecciones presidenciales competirán Hugo Martínez, del gobernante FMLN; Carlos Calleja, con Arena; Nayib Bukele, por GANA, y Josué Alvarado, con el partido minoritario Vamos.

Las encuestas publicadas durante la campaña dan por ganador a Bukele, seguido de Calleja y Martínez.

Conocido como “el golondrino”, por el emblema de su partido, Nayib Bukele, el carismático exalcalde de San Salvador, logró consolidarse con un discurso irreverente ante la desgastada política tradicional.

Por su parte, el joven empresario de supermercados, Carlos Calleja, ha logrado desmarcarse de los escándalos de corrupción que salpicaron a dos expresidentes de su partido y es la carta de la derecha para recuperar el poder perdido hace una década en El Salvador.

Contra los tradicionales

Bukele, quien gusta lucir jeans, calcetines de colores vivos y muchas veces una gorra con visera hacia atrás, se presenta bajo la bandera celeste de la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA, conservadora).

Durante su campaña, Bukele arremetió contra los 20 años de gobiernos de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y los casi 10 años de su ex partido el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

“Los mismos de siempre (Arena y FMLN) pensaron que nuestro pueblo nunca iba a despertar, intentaron decirnos incansablemente que hacer las cosas bien era imposible”, sostuvo en su cierre de campaña.

Alentado por todas las encuestas, Bukele anticipó que “el 3 de febrero acabaremos con el bipartidismo, ese día 3 de febrero dejaremos atrás la posguerra de una vez por todas”.

Con frases cortas que reclama a la derecha “devuelvan lo robado”, o que “el dinero alcanza cuando nadie roba”, el candidato de GANA tiene empatía con los jóvenes, a quienes mantiene conectados vía redes sociales, y sus propuestas las ha presentado por Facebook Live.

Como alcalde de San Salvador se identificó con los “millenials”, al grado de proyectarles en la plaza El Salvador del Mundo una película de la serie animé Dragon Ball, participar en competencias de paintball o participar de juegos mecánicos extremos.

“Esta batalla (electoral) es por cada salvadoreño que ha sido ignorado y abandonado por los gobiernos de turno; por cada salvadoreño que le tocó migrar y dejar todo atrás”, reflexionó Nayib el pasado domingo durante el cierre de la campaña electoral.

El as de la derecha

Amante del sol, la playa y el surf, Carlos Calleja se muestra convencido en recuperar la presidencia de la república que su partido, la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), perdió en 2009 ante el partido de la exguerrilla izquierdista, actualmente en el poder.

Calleja, que sin aspavientos habla de cualquier tema, asegura que donará para beneficencia el salario que ganaría como mandatario (5.181 dólares mensuales).

De carácter afable, el candidato nació el 11 de febrero de 1976, tiene 42 años y es hijo del empresario Francisco Calleja y Maureen Hakker. Los primeros tres años de su infancia los vivió en San Salvador, pero luego su familia se marchó a Nueva York, luego de que su padre aseguró ser amenazado de muerte por sectores vinculados a la naciente guerrilla a principios de la década de 1980.

“Lo que me interesa es el bienestar de los salvadoreños, que juntos podamos sacar adelante el país, por eso me metí a la política”, señaló Calleja en un mensaje en uno de los mitin en el marco de su campaña en San Salvador.

El candidato, quien habla inglés e italiano, vivió gran parte de su vida en Estados Unidos, donde en 1999 se tituló de Artes Liberales en Middlebury College, y en 2005 obtuvo una maestría en Administración de Empresas en la Escuela de Negocios de la Universidad de Nueva York.

Como candidato presidencial, ha intentado que su imagen no sea salpicada con casos de corrupción de expresidentes de Arena.

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