El expresidente brasileño habla del proceso político en su país tras la elección del ultraderechista Jair Bolsonaro

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12 de noviembre de 2018, 10:24 AM
12 de noviembre de 2018, 10:24 AM

Fernando Henrique Cardoso (FHC), uno de los hombres más influyentes de Brasil aseguró que Jair Bolsonaro no pone en peligro la democracia en Brasil, principalmente, porque ese país tiene instituciones sólidas que pondrán freno a cualquier intento autoritario o fascista que pudiera afectarla.

 

Durante una entrevista con el diario El País de Madrid, el expresidente Cardoso (1995-2002) aclaró su polémica neutralidad frente al proceso electoral que llevó a Bolsonaro a la Presidencia.

 

"Yo tengo influencia, que es muy distinto a tener poder", advierte Fernando Henrique Cardoso. No parece poco para un hombre de 87 años con el único cargo simbólico de presidente de honor del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

 

De paso por Madrid para asistir al Foro Iberoamérica, el expresidente que durante su mandato logró sacar al país de la hiperinflación defiende su controvertida decisión de mantenerse neutral en las últimas elecciones. FHC Admite que el presidente electo, el ultraderechista Jair Bolsonaro, llega cargado de incógnitas y amenazas, pero se dice convencido de que las instituciones y la sociedad frenarían una hipotética deriva antidemocrática.

 

“La democracia está en peligro en todas partes. Pero Brasil tiene instituciones fuertes, la sociedad y los medios de comunicación son libres, la justicia es independiente y al pueblo le gusta la libertad. La democracia está cambiando, está en peligro en todos lados, pero no hay un peligro específico en Brasil. No creo que la elección de Bolsonaro la ponga en peligro, porque además él ganó por el voto”, indicó.

 

Consultado sobre la posibilidad de un autogolpe, de suspender el Tribunal Supremo, Cardoso remarcó: “No es que no haya que tomarlo en serio, hay que tener cuidado con cualquier cosa que dice una persona con relevancia política. Pero creo que eso no es suficiente para doblegar nuestra institucionalidad, nuestra voluntad de mantener la democracia. Entre hablar y hacer hay diferencia. No digo que alguien no exprese actitudes antidemocráticas, eso existe en Brasil. Pero, a despecho de eso, nosotros tenemos fuerzas democráticas que se van a contraponer a eventuales palabras o incluso actos que sean contrarios a la Constitución, la democracia y las leyes”.

 

Cardoso aclaró sobre su planteo de que Bolsonaro tendría un cierto perfil fascista. “Hay un cierto aroma a fascismo. Porque el fascismo supone una doctrina, una organización, una visión autoritaria de la sociedad. No creo que ellos tengan eso. Tienen expresiones autoritarias, pero el fascismo es una cosa orgánica y no creo que Brasil tenga algún partido con una doctrina propiamente fascista. Y si la tuviese, yo estaré en contra”.

 

¿La democracia se muere?, le preguntaron.

 

“Un autor americano, [Steven] Levitsky, tiene un libro interesante sobre cómo las democracias mueren. Hoy en día, mueren de esa manera, no es preciso un golpe, solo que se degraden las instituciones. La democracia es una planta tierna que precisa ser regada todos los días, no nos es dada para siempre. Y ahora está en peligro porque las sociedades y las formas de relación entre las personas han cambiado mucho. Tenemos que estar atentos, puede haber un cambio antidemocrático, pero debemos luchar para que eso no ocurra”.

 

Consultado sobre su neutralidad frente a Bolsonaro y Haddad, Cardoso señaló: “El PT siempre ha dicho lo mismo, que la democracia está en riesgo. A mí, por ejemplo, siempre me han llamado ultraliberal, de derechas. Y al mismo tiempo ellos se aliaban con todo tipo de partidos de derecha que lo único que buscaban eran prebendas del poder.

 

El PT además presentó un programa económico que repetía todos los vicios que nos han llevado a esta situación ¿Por qué estaba yo obligado a escoger entre dos caminos con los que no estoy de acuerdo, si no creo que uno de ellos, el de Bolsonaro, nos va a llevar necesariamente a un régimen no democrático? Cuando alguien se está ahogando, pide la mano del otro para tirar de ella y hundirse juntos”.