Colombia es el país con mayor recepción de venezolanos: 1,3 millones de personas. Le siguen Perú, Chile, Ecuador, Argentina y Brasil. En Bolivia también se han instalado. Demandan respeto a sus derechos humanos

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8 de junio de 2019, 7:00 AM
8 de junio de 2019, 7:00 AM

El número de venezolanos que han abandonado su país por la crisis política y económica ha superado la barrera de los cuatro millones de personas, anunciaron ayer conjuntamente la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de Refugiados de las Naciones Unidas (Acnur). Los ciudadanos venezolanos se han convertido en uno de los grupos de poblaciones desplazadas más grandes del mundo, tras la aceleración del éxodo masivo a partir de 2016.

La gran mayoría de venezolanos se han trasladado a otros países de la región.

Actualmente, Colombia acoge a 1,3 millones de ellos, seguido de Perú, con 768.000; Chile, con 288.000; Ecuador, con 263.000; Argentina, con 130.000; y Brasil, con 168.000.

En solo siete meses, contados desde noviembre de 2018, el número de refugiados y migrantes venezolanos aumentó en un millón, según datos de las autoridades nacionales y de otras fuentes creíbles utilizados por ambos organismos de la ONU.

“El ritmo de salidas de Venezuela ha sido asombroso. Unos 695.000 a finales de 2015; la cantidad de refugiados y migrantes de Venezuela se ha disparado a más de 4 millones a mediados de 2019”, señalaron la OIM y Acnur en una declaración en común.

“Estas cifras son alarmantes y resaltan la necesidad urgente de apoyar a las comunidades de acogida en los países receptores”, comentó el representante especial de Acnur-OIM para refugiados y migrantes venezolanos, Eduardo Stein.

Citado en la declaración, Stein alabó a los países de América Latina y el Caribe “por estar haciendo su parte para responder a esta crisis sin precedentes”, pero agregó que no pueden seguir haciéndolo solos, sin ayuda internacional.

Ambos organismos están intentando prestar parte de ese apoyo mediante un plan regional lanzado el pasado diciembre y que les permitiría asistir a 2,2 millones de venezolanos en los países receptores y a 580.000 personas en comunidades de acogida en 16 países.

El gran problema con el que se han topado es la escasa financiación que ha recibido ese plan, cuyo presupuesto actualmente solo está cubierto un 21%.

Sin diálogo con Maduro

Por su parte, el jefe del Parlamento de Venezuela, Juan Guaidó, a quien unos 50 países reconocen como presidente encargado, advirtió ayer que “no está planteada” otra reunión exploratoria entre la oposición y el Gobierno de Nicolás Maduro para sentar las bases de una nueva mesa de negociaciones.

“Hoy no está planteado. ¿Por qué? Porque si no aproxima a eso (abandono de Maduro del poder) no sirve, punto. No está planteada ninguna reunión”, dijo durante un acto con simpatizantes, gremios y patronales en el estado de Carabobo (centro-norte).

Con estas declaraciones Guaidó respondió a los crecientes rumores sobre una nueva reunión en Noruega entre representantes opositores y del Gobierno, que ya se han encontrado dos veces para buscar una salida a la acuciante crisis política y económica que atraviesa la nación sudamericana.

“Cuando haya información nueva yo les informaré, pero hoy no está planteada una nueva reunión”, insistió ante las preguntas de los periodistas.

El pasado 29 de mayo, el Centro de Comunicaciones del Gobierno que designó Guaidó informó de que la última reunión celebrada en Oslo entre las partes culminó “sin acuerdo”, pese a que esa misma jornada Maduro saludó la construcción de lo que consideró una “fase de diálogo” con la oposición.

Venezuela atraviesa una escalada de tensión política desde enero pasado, cuando Maduro juró un nuevo mandato de seis años tras ganar unas elecciones que fueron tachadas de fraudulentas por la oposición.

En respuesta, Guaidó se proclamó presidente interino y fue reconocido por más de 50 países, con Estados Unidos a la cabeza.

Desde entonces, el conflicto se ha agudizado y varios países, entre ellos Noruega, intentan impulsar mecanismos para encontrar una solución negociada a la crisis.

Noruega ha ejercido como facilitador en una veintena de procesos de diálogo en las últimas décadas, como el que llevó a la firma de los acuerdos de Oslo entre israelíes y palestinos o las conversaciones entre el Gobierno colombiano y las FARC.

Ayer, los cancilleres de Brasil, Ernesto Araújo, y Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, coincidieron en que se deben “sumar esfuerzos” para una salida pacífica a la crisis venezolana, aun con sus diferentes posiciones sobre el conflicto.