Los opositores al Gobierno fueron reprimidos con violencia en Managua. El hecho recibió la condena de la comunidad internacional que instó al cese de las acciones

El Deber logo
18 de marzo de 2019, 3:00 AM
18 de marzo de 2019, 3:00 AM

Más de 100 opositores fueron liberados ayer, después de ser detenidos por la Policía que los reprimió con violencia cuando se disponían a protestar contra el gobierno, en Nicaragua.

Entre ellos, dos delegados de la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD), miembros del diálogo abierto con el Gobierno, instalado en febrero para buscar salir de la crisis que vive ese país.

”Nicaragua pide libertad, justicia, elecciones adelantadas, pide poder marchar sin ser reprimidos”, declaró al salir de la cárcel la abogada Azáhalea Solís, delegada de la ACJD.

Los detenidos fueron trasladados al lugar donde se reunieron con sus familiares en dos autobuses, ondeando banderas de Nicaragua, mientras coreaban “no tenemos miedo”, según las imágenes de un canal local.

En el trayecto hacia el lugar de liberación, la sede de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic), se vio a varias personas saludar con banderas su paso. El símbolo nacional se ha convertido en señal de protesta contra el gobierno de Ortega, el exguerrillero que gobierna desde 2007 y es acusado de instaurar una dictadura.

Se sumaron las denuncias

El dirigente estudiantil Max Jerez, de la ACJD, denunció que fueron “detenidos por fuerzas policiales y brutalmente golpeados”.

La protesta de la exguerrillera Mónica Baltodaño, que también fue detenida, detalló algunos abusos. “Los policías nos agredieron como si fuéramos cerdos, nos tiraron a las tinas de las patrullas y nos dieron un trato brutal (...) Esto es una dictadura y hay que acabar con eso”, dijo.

José Aguerri, dirigente empresarial miembro de la ACJD, señaló que la lista es de 160 arrestos solo del sábado. Aunque, la Policía indicó que detuvo a 107 personas por intentar manifestarse.

Gestiones de liberación

Las liberaciones se dieron gracias a las gestiones del nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag, testigo del diálogo entre Gobierno y oposición.

La marcha había sido convocada por la coalición opositora Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) para reclamar la liberación de presos por participar en las protestas contra el gobierno de Ortega el año pasado.

La represión y arresto de los activistas, en distintos lugares de Managua, finalmente evitó que se realice la manifestación. Allí, también fueron atacados varios periodistas e inmediatamente delegados de diferentes instituciones condenaron las acciones.