El experto internacional Luciano Zaccara explica en esta entrevista las claves de los conflictos desatados entre israelíes y palestinos, la acción de los grupos yihadistas y el asesinato del periodista Jamal Khashoggi

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4 de enero de 2019, 4:00 AM
4 de enero de 2019, 4:00 AM

Leticia Jordán Tapia Desde Catar / Especial para EL DEBER

Luciano Zaccara es uno de los mayores expertos en Oriente Medio. Durante una entrevista exclusiva en la Universidad de Catar, este estudioso de los conflictos internacionales alertó que, si bien se ha ganado la batalla contra el Estado Islámico, las condiciones para nuevas organizaciones radicales yihadistas están servidas. Destacó que Arabia Saudí e Israel actúan con total impunidad gracias al amparo de Estados Unidos. Así habló con EL DEBER desde una de las arenas más calientes del planeta.

¿Cómo ve el panorama con todos los nuevos acontecimientos que están sucediendo en Oriente Medio, en el que está la guerra de Yemen, el bloqueo a Catar, la guerra en Siria y la muerte de Jamal Khashoggi?

Creo que la situación está más complicada que nunca, la guerra de Yemen, que empezó el 2015, sigue ahí y parece que a nadie le importa terminarla.

El bloqueo de Catar, que ya lleva más de un año, también se suma el hecho de que Donald Trump se ha retirado del acuerdo nuclear con Irán y eso está generando otras dinámicas y disputas entre Washington y Teherán, que está presionando a los países de Consejo de Cooperación del Golfo para que se establezca una alianza estratégica para contrarrestar a Teherán, lo que aumenta el nivel de tensión.

Irak está bastante estable desde hace muchos años y Siria sigue estando ahí, todavía no termina de resolverse y sí se resuelve será de una manera en que no todo el mundo esté contento, sobre todo el Consejo de Cooperación del Golfo, porque hasta ahora termina imponiéndose un poco la lógica iraní-rusa, en la que Bashar al Asad por lo pronto va a terminar sobreviviendo como presidente.

Entonces, la situación no es para nada satisfactoria, principalmente para Arabia Saudí, que se ha visto involucrado en muchas controversias no solo con el bloqueo a Catar, la guerra de Yemen o el caso Khashoggi, sino también por su política respecto a Israel. No se sabe si es una alianza tácita entre Arabia Saudí e Israel con el solo objetivo de contener a Irán, lo está alejando del contexto árabe musulmán, que tiene una postura más dura con respecto a Israel.

Arabia Saudí está teniendo una política exterior poco asertiva desde hace tiempo, sobre todo desde que el príncipe Mohammed bin Salman empezara a acumular poder hasta convertirse en el príncipe heredero, en junio.

 Frente a estos últimos hechos, ¿la imagen de Riad está destrozada definitivamente?

Creo que a ellos no les importa que la imagen de Arabia Saudí esté por los suelos, porque creen que el régimen es totalmente estable, inamovible, que nadie va a cambiar la decisión del rey Salman de haber designado a su hijo Mohammed bin Salman como el príncipe heredero, que la familia saudí está muy estable en ese país y que a pesar de todo el daño de la imagen que tienen internacionalmente, eso no le va a afectar ni económicamente ni políticamente tanto regional como mundialmente.

Ahora, en parte tiene razón, porque vemos los resultados que están pasando, sobre todo después de lo de Yemen, lo del caso Hariri, la postura respecto a Irán y el caso Khashoggi, Arabia Saudí no ha tenido ningún tipo de condena, en ninguno de los casos, solo ha recibido un poco de crítica de los periodistas, pero después no ha habido censura de ningún gobierno, ni de organizaciones internacionales ni de la Unión Europea, Estados Unidos o Israel, a quien tampoco le interesa lo que están haciendo los países internamente, entre ellos, mientras se debiliten entre sí.

 ¿Se podría afirmar que hay una fuerte impunidad, una complicidad a escala internacional tanto de gobiernos como de organizaciones?

Hay mucha impunidad porque ven que nadie le dice nada y quedan exactamente igual, si matan a un periodista de mi propia nacionalidad, si bombardeo otro país, si mato a miles de personas, porque el dinero manda, que es lo más triste de todo y como todos necesitan mi petróleo, todos necesitan mi dinero, pues yo puedo hacer lo que quiera adentro y afuera.

Entonces, la política de promoción de derechos humanos y de principios democráticos que Estados Unidos y la Unión Europea, principalmente, han tratado de empujar en la década de los 80, 90 y el 2000, ahora prácticamente ha desaparecido. Trump para nada tiene los derechos humanos y la democracia en su agenda de política exterior y la UE no tiene suficiente fuerza, tiene muy poco éxito a escala internacional.

 ¿Incluso después de la Primavera Árabe?

La manera en que la Unión Europea y Estados Unidos respondieron a la Primavera Árabe no fue de una manera para promover la democracia, sino para conseguir la estabilidad de la región y evitar un tumulto generalizado.

Ya había pasado con Egipto, que nadie hizo mucho, vemos cómo Turquía va en declive, por lo tanto la Unión Europea y Estados Unidos o no están en condiciones o no quieren empujar y hacer cosas más grandes, porque saben que primero no lo pueden hacer y segundo, porque pierden aliados desde el punto de vista económico, estratégico y militar. Eso es lo más triste, Estados Unidos no va a hacer nada ni en contra de Israel ni en contra de Arabia Saudí, porque son sus aliados en la región. La prioridad de Trump en este momento es contener a Irán.

La organización terrorista Estado Islámico es el final de un proyecto radical armado, ¿qué viene después?

Pues yo diría ojalá no exista más un futuro yihadista, por desgracia creo que sí como proyecto territorial desapareció y no va a existir. Pero va a quedar algo, así como Al Qaeda, porque siguen habiendo células de Al Qaeda por aquí y por allá, va a seguir habiendo gente que diga que es del Estado Islámico y probablemente en un futuro puede haber otro proyecto parecido.

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