Los poderes judiciales de ambos países impulsan procesos contra prelados que encubrieron a los abusadores. El papa Francisco expresó su dolor y su vergüenza

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18 de agosto de 2018, 4:00 AM
18 de agosto de 2018, 4:00 AM

Los poderes judiciales de Estados Unidos y Chile aumentan la presión para procesar a obispos y sacerdotes implicados en el abuso de niños y el encubrimiento de pederastas.

Una exhaustiva investigación que reveló que 300 curas católicos abusaron al menos de mil niños en Pensilvania disparó el reclamo en Estados Unidos para endurecer las leyes y aplicarlas a los líderes de la Iglesia que encubrieron estos crímenes durante décadas.

Dos días después de la publicación del informe, el Vaticano afirmó que siente “vergüenza y dolor”, y aseguró que el papa está del lado de las víctimas.

“Las víctimas deben saber que el papa Francisco está de su parte. Aquellos que han sufrido son su prioridad, y la Iglesia quiere escucharlos para erradicar este trágico horror que destruye la vida de los inocentes”, dijo el Vaticano. La investigación, la más exhaustiva jamás realizada en Estados Unidos sobre el tema, señala que la cifra de menores abusados por sacerdotes católicos “está en los miles” en Pensilvania. Pero la mayoría de los crímenes fueron cometidos hace tanto tiempo que prescribieron.

Para evitar nuevos abusos, el informe recomienda endurecer las leyes para obligar al liderazgo de la Iglesia a reportar los crímenes, eliminar el límite de tiempo máximo para denunciar todos los casos de abuso sexual de un menor y alargar el plazo para que las víctimas puedan exigir indemnizaciones.

“Espero que como resultado del informe el liderazgo de la Iglesia católica comience a estudiar en serio la manera de responsabilizar a los obispos, que no cometían abusos pero transferían a los curas abusadores” de una diócesis a otra, dijo a la AFP Lisa Fullam, profesora de Teología Moral de la Universidad de Santa Clara, en California.

Obispos en la mira en Chile

Por su parte, la Fiscalía nacional chilena investiga a 158 sacerdotes y laicos de la Iglesia católica por perpetrar o encubrir el abuso sexual de 266 víctimas desde 1960, incluidos 178 niños, niñas y adolescentes. En una reciente visita a Chile, Francisco primero defendió a un obispo acusado de encubrir los abusos de un sacerdote amigo. Pero luego dio marcha atrás y ordenó una investigación.

En mayo, los obispos chilenos presentaron en bloque su renuncia al papa en el Vaticano, que solo aceptó de cinco, cuatro de ellos acusados de encubrimiento.

El caso revela la crisis que enfrenta la Iglesia católica por la pederastia.