Los partidos de izquierda radical Podemos e Izquierda Unida, contrarios a la monarquía española, fueron de los primeros en criticar la imagen

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26 de noviembre de 2018, 10:05 AM
26 de noviembre de 2018, 10:05 AM

El antiguo rey de España Juan Carlos I se vio este lunes envuelto por la polémica tras publicarse una fotografía en la que saluda al príncipe heredero saudí Mohamed bin Salmán, salpicado por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.

La foto, que aparece este lunes en numerosos periódicos españoles, fue tomada el domingo durante el Gran Premio de Fórmula 1 en Abu Dabi y difundida en la cuenta de Twitter del ministerio saudí de Asuntos Exteriores (@KSAmofaEN).

Los partidos de izquierda radical Podemos e Izquierda Unida, contrarios a la monarquía, reaccionaron inmediatamente el domingo por la noche a este encuentro imprevisto entre Juan Carlos I y el dirigente de facto saudí, en plena gira por el golfo Pérsico.

"Es humillar a España y a los españoles", le reprochó en Twitter Pablo Echenique, uno de los principales dirigentes de Podemos. "Las amistades de los Borbones son un fiel reflejo de una época que tiene que acabar", dijo en la misma red el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón. "La foto de la vergüenza", tituló el diario conservador El Mundo.

El rey Juan Carlos, de la dinastía española de los Borbones, abdicó en 2014 tras numerosos escándalos en su hijo Felipe VI, que intenta recuperar el prestigio de la Corona.

Durante su reinado mantuvo estrechos vínculos con la familia real saudí que permitieron a España lograr importantes contratos con ese país. "El rey emérito está obligado a guardar ciertas formas y a tener visión de Estado y sentido de la oportunidad", escribe este lunes El Mundo. 

Según los medios estadounidenses, la CIA no alberga dudas sobre la responsabilidad de Mohamed bin Salman en el asesinato de Khashoggi en el consulado de Estambul, el 2 de octubre.

Pero el presidente estadounidense mantiene que la agencia de inteligencia no había "encontrado nada absolutamente cierto". Tras haber negado en un primer momento la desaparición del periodista crítico con la familia real, Arabia Saudí terminó reconociendo bajo fuerte presión internacional que había sido asesinado y descuartizado en una operación "no autorizada".

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