Mauricio Macri negocia una ampliación del crédito del FMI para calmar a los mercados. El peso volvió a depreciarse, mientras los sindicatos se movilizan contra las medidas de ajuste del mandatario. Crece la incertidumbre en el vecino país

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26 de septiembre de 2018, 4:00 AM
26 de septiembre de 2018, 4:00 AM

En medio de una fuerte huelga general que paralizó gran parte del país, Argentina cambió ayer a su presidente del Banco Central, en un movimiento sorpresivo justo cuando el Gobierno de Mauricio Macri negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) una ampliación del acuerdo alcanzado en junio por 50.000 millones de dólares.

La moneda bajó ayer un 2,20% ante el dólar, tras la renuncia de Caputo, mientras el presidente Mauricio Macri sigue en Nueva York en procura de restablecer la confianza de los mercados.

En una jornada de poco movimiento por una huelga general a la que se adhirieron los empleados bancarios, el tipo de cambio cerró a 38,98 por dólar, con intervención del Banco Central, que vendió divisas y a la espera de que se anuncie un nuevo acuerdo con el FMI.

Luis Caputo, quien ocupó el cargo desde junio, anunció su renuncia mientras el presidente Mauricio Macri se encuentra en Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU.

En seguida fue reemplazado por el hasta ahora viceministro de Economía, Guido Sandleris, un economista que ha trabajado para el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, y cuenta con una amplia trayectoria académica con un paso por el FMI y otros organismos.

“El objetivo principal del Banco Central es reducir la inflación. Trabajaremos para recuperar la estabilidad y previsibilidad de precios que la economía argentina tanto necesita”, declaró Sandleris, al asumir este mismo martes.

Hasta agosto, la inflación en Argentina acumula un 24,3%, una de las más altas del mundo.

Cambio flotante

El nuevo presidente del Banco Central es considerado un cercano al ministro de Economía, Nicolás Dujovne, quien desde Nueva York lo elogió como una “persona brillante, preparada para ejercer este cargo con una enorme solvencia”.

“Argentina va a mantener su esquema de tipo de cambio flotante, las tasas de interés positivas para ganarle a la inflación e incentivar el ahorro en pesos”, aseguró Dujovne.

Tras el cambio, el Fondo expresó su deseo de continuar la “estrecha y constructiva relación” con el Banco Central argentino y aseguró que se trabaja “intensamente con el objetivo de concluir las conversaciones a nivel técnico en muy poco tiempo”, según una declaración de su vocero, Gerry Rice. Macri, quien está desde el fin de semana en Nueva York, se reunió con inversionistas y cenó con la directora y gerente del FMI, Christine Lagarde.

“La renuncia de Caputo debe analizarse en el contexto de la negociación con el FMI. Él planteaba la necesidad de un aumento importante en el monto de asistencia o de los desembolsos, además de buscar mayor flexibilidad para intervenir en el mercado cambiario”, comentó a la AFP Matías Carugati, economista jefe de la consultora Management & Fit.

Protestas de los sindicatos

Las grandes centrales sindicales argentinas realizaron ayer una huelga general de 24 horas contra las medidas de austeridad y el acuerdo con el FMI, la segunda desde que se pactó el respaldo financiero en junio y la cuarta desde que asumió Macri en diciembre de 2015. Sin transporte público y con muchos comercios cerrados, los argentinos se movilizaron en sus autos particulares y algunos en bicicleta por las calles semidesiertas de Buenos Aires.

Los sindicatos detuvieron además el tráfico aéreo, la carga terrestre, la banca y la administración pública, incluyendo escuelas, hospitales y universidades.

“El Gobierno tiene que entender que no vamos a ser los trabajadores los que paguemos la crisis porque no somos los que la generamos. No nos enriquecimos con la especulación financiera, no somos los que especulamos con el dólar, sino que somos los que estamos sufriendo la devaluación brutal de nuestras condiciones de vida”, dijo a la AFP la docente Erica Seiter.

AUMENTA EL DESEMPLEO Y LA INFLACIÓN, MIENTRAS CRECE EL MALESTAR DE LOS ARGENTINOS

Con las cifras macroeconómicas en declive -una contracción del PBI del 2,4% para este año, una inflación ya proyectada por encima de 40% y las tasas de interés un 60% anual-, el ánimo de los argentinos es cada vez más confrontativo.

El desempleo sigue al alza, con el 9,6% en el segundo semestre de 2018 y se calcula que el índice de pobreza que se anunciará esta semana romperá la tendencia a disminuir que traía y que la ubicó un 25% al cierre de 2017.

Mauricio Macri, un liberal de centroderecha, insiste en que Argentina no puede gastar más de lo que produce y se ha propuesto alcanzar un déficit primario cero para 2019. Para ello, necesita que el Congreso, en el que carece de mayoría, le apruebe el proyecto de presupuesto que introdujo la semana pasada.

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