Uruguay ve con cautela la iniciativa, mientras que Bolivia sigue defendiendo la existencia de la Unasur

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21 de marzo de 2019, 18:32 PM
21 de marzo de 2019, 18:32 PM

Cancilleres de América de Sur se reunieron este jueves en Santiago, en la antesala de una nueva cumbre regional que busca "sellar el fin de Unasur" y dar vida a un nuevo foro regional más pragmático y afín a la derecha gobernante.

Impulsado por los presidentes de Chile, Sebastián Piñera, y de Colombia, Iván Duque, este nuevo bloque surge en medio del auge de los gobiernos conservadores de la región y la inactividad en la que entró la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), que nació hace más de 10 años, en plena época de oro de los gobiernos de izquierda en la región.

"Nuestra intención hoy es avanzar en la integración sudamericana", adelantó el mandatario colombiano, que este jueves realiza una visita oficial a Chile, previa a la reunión de mandatarios de este viernes, en la que se pretende crear un nuevo organismo llamado inicialmente Foro para el Progreso (Prosur).

"Es una herramienta de cooperación, de diálogo sin ideologización alguna, pensando en la defensa de la democracia, en la integración económica y en agendas compartidas con una estructura liviana sin burocracia", agregó el mandatario colombiano, tras reunirse con Piñera en el palacio de gobierno.

Para el presidente chileno, de su lado, lo que se busca es que "América del Sur tenga un foro, una instancia donde poder juntarnos, dialogar, colaborar, compartir ideas, buscar acuerdos que nos permitan acelerar avances en tantos frentes y que nos permita que la voz de América del Sur sea escuchada con más fuerza".

Pero pese a los esfuerzos iniciales por plantearlo como un foro "sin ideologías", lo cierto es que al Prosur adhieren inicialmente la mayoría de los gobiernos conservadores de la región, unidos hoy también en sus críticas al gobierno venezolano del socialista Nicolás Maduro, al que califican de ilegítimo.

Uruguay ve con cautela la iniciativa, mientras que Bolivia sigue defendiendo la existencia de la Unasur.

A su arribo a Santiago -la tarde de este jueves- el presidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro, dijo que intentará junto a los demás presidentes sudamericanos "sellar el final de Unasur"

"Toda América Latina pide unirse por la democracia, libertad y prosperidad", agregó el mandatario, en una declaración efectuada en el aeropuerto de Santiago.

Grupo más ligero

Inicialmente, el nuevo foro ha sido planteado como una estructura más ligera, sin sede permanente ni secretariado, con una estructura similar a la exitosa experiencia a nivel comercial de la Alianza del Pacífico, integrada por Chile, México, Perú y Colombia.

Al foro de este viernes, asistirán los mandatarios de Argentina, Chile, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú.

El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, no viajará a Santiago, y en su reemplazo envió al vicecanciller Ariel Bergamino. Evo Morales tampoco asistiría al encuentro.

Juan Guaidó, jefe del Parlamento venezolano y autoproclamado presidente encargado de Venezuela -reconocido por 50 países-, fue invitado también a la reunión, pero no iba a viajar a Santiago.

Analistas advierten que con otras organizaciones regionales vigentes â€"como la Organización de Estados Americanos (OEA) o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac)- la nueva estructura corre el riesgo de convertirse en un nuevo intento fallido de integración.

"Creo que la propuesta hacia el diálogo es siempre bienvenida. No hay duda de que la región enfrenta una serie de desafíos que exigen una respuesta común (...) pero también es cierto que muchas de esas iniciativas podrían ser solucionadas por organismos que ya existen", dijo a la AFP Thomaz Favaro, analista brasileño de Control Risks.

Esta iniciativa regional surge un año después de que Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú suspendieran sus actividades en la Unasur debido a la falta de consenso para nombrar a un nuevo secretario general.

La semana pasada, Ecuador anunció su retiro de la organización y pidió la devolución del edificio que alberga a la secretaría general en las afueras de Quito. Con esta decisión, Unasur, que en principio estaba integrado por 12 naciones, quedó reducido a cinco: Bolivia, Guyana, Surinam, Uruguay y Venezuela.

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