Si bien el caso se registró en 2016, la justicia de Paraguay ratificó esta semana que la teniente debe cumplir un arresto domiciliario de 45 días. El presidente Mario Abdo Benítez dijo que el tema "escapa" de sus manos

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9 de abril de 2019, 17:30 PM
9 de abril de 2019, 17:30 PM

El presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez, dijo este martes que "escapa" a sus atribuciones interceder para que la teniente de las Fuerzas Armadas Carmen Quintero, arrestada por pedir permiso en 2016 para amamantar a su hijo, no cumpla la sanción.

La Corte Suprema de Justicia (CSJ) del país ratificó la semana pasada la sentencia de arresto domiciliario de 45 días para Quintero por una "falta a la disciplina militar" al entender que en la solicitud que envió en aquella ocasión a su superior utilizaba términos "agraviantes".

El mandatario hizo esas declaraciones en el Palacio de Gobierno de Asunción al ser preguntado por los medios sobre el caso, y aseguró que, según sus asesores jurídicos, "escapa a nuestra atribución" interceder por ella, porque "es una sentencia de la Corte" Suprema, sobre la que no cabe recurso.

"No puedo ir en contra de la ley", agregó.

La ministra de la Mujer, Nilda Romero, aseguró este lunes que hablaría con la cúpula de las Fuerzas Armadas y con el mandatario "si necesario fuere", para que levante la sanción de Quintero en su calidad de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la nación, según establece la Constitución.

No obstante, Abdo Benítez mencionó que el Ejecutivo realizó "averiguaciones" sobre "cómo está" la mujer y si tiene "acceso a sus hijos", algo que confirmó.

El abogado de Quintero, Carlos Mendoza, dijo este lunes a Efe que no descarta elevar el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) porque se trata de una "causa emblemática" y porque "no hay acciones contra las personas que fallaron contra derecho".

En ese sentido, explicó que los magistrados que dictaron la sentencia en primera instancia no tuvieron en cuenta la prescripción de la falta, que debió producirse a los 45 días, pese a que dictaron sentencia "un año y ocho meses" después.

El caso se remonta a 2016, cuando la teniente se reincorporó después de un permiso de maternidad a un nuevo destino en el que debía cumplir guardias de 24 horas, por lo que solicitó a su superior volver a su oficina anterior para evitar las guardias y cumplir con el periodo de lactancia, protegido por la ley.

Mendoza detalló que el origen de la causa fue que la solicitud "fue redactada en términos imperativos", que su superior consideró "agraviantes" al no ajustarse a su menor graduación en la jerarquía militar.

Aparte de por "falta a la disciplina", Quintero fue denunciada por calumnia, aunque fue despenalizada por esa otra falta al pedir disculpas públicamente en 2017.