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24 de julio de 2018, 4:00 AM
24 de julio de 2018, 4:00 AM
El cardenal
dejó claro que su posición sobre el 21-F es de neutralidad respecto a quienes defienden el triunfo del No y los que apoyan el Sí. Incluso afirmó que no quisiera que la Iglesia “se partidice” en este tema y que él buscará el diálogo para que la confrontación se resuelva en democracia. La posición de Toribio Ticona contradice a la de la Conferencia Episcopal, que pide el cumplimiento de la Constitución y el acatamiento de los resultados del referéndum. Con la postura del pleno de obispos ya manifestada, será difícil la neutralidad pretendida por el cardenal, que deberá trabajar mucho para convencer primero al clero católico de que debe tomar distancia de una o de otra posición que enfrenta a los bolivianos. El mismo Ticona deberá demostrar la distancia que plantea de conductas política-partidarias y predicar con el ejemplo. 

 

Al margen de la diferencia de criterios
de los  obispos con el cardenal por el 21-F, ayer hubo un encuentro de las autoridades católicas con el presidente. El Gobierno nombrará un delegado para que lo represente en la relación con la Iglesia. Todo lo que ayude a una comunicación necesaria y fluida entre dos instituciones tan importantes ayuda a sumar, mejor si los beneficiados por las actividades de ambas partes somos todos los bolivianos. 

 

Es sensato el anuncio
del ministro Carlos Romero respecto a la seguridad por los actos del 6 de agosto en Potosí. No habrá nada especial, dijo ayer, lo que ayuda  a poner paños fríos a declaraciones algo incendiarias de otras autoridades gubernamentales y de  sectores afines al MAS, a propósito de las anunciadas movilizaciones ciudadanas de apoyo al No.  

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