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10 de octubre de 2018, 4:00 AM
10 de octubre de 2018, 4:00 AM

Hace 36 años asumía Hernán Siles la Presidencia y Jaime Paz la Vicepresidencia de Bolivia, como resultado del voto popular y después de cruentos gobiernos militares. Desde entonces los bolivianos y nuestras Fuerzas Armadas hemos comprendido que no podemos tener gobernantes sin ser elegidos en las urnas. Casi es imposible que el ciudadano acepte ahora un golpe o a un presidente que asuma sin pasar por el voto. A pesar de que apreciamos el valor del sufragio, la historia de nuestra joven democracia ha estado en las recientes décadas marcada por peligrosos contratiempos. Lo evidencia el ciclo de mandatos constitucionales acortados. Hubo gobernantes que solo estuvieron uno o solo dos años en el poder. Ahora tenemos un presidente que lleva más de 12 y que quiere estar cinco más, pese al referéndum constitucional que le dijo No. Aunque tenemos aparentemente pluralidad política, en el último tiempo le ha sido muy difícil a la oposición competir en igualdad de oportunidades con el oficialismo, en procura de la alternancia. Si bien existen los tres poderes constituidos, son enormes las dudas sobre la independencia de cada uno de ellos. Aquí tenemos uno de los mayores retos, a propósito de esta histórica fecha.

La tolerancia es uno de los pilares de la democracia. Hoy será puesta a prueba en las calles con las movilizaciones ciudadanas y partidarias que anunciaron el oficialismo y los opositores. A expresarse, pero sin atentar contra los que piensan distinto.

Lampe, el arquero del pueblo, tituló ayer en su portada Olé, el principal diario deportivo argentino. El portero de la selección se ganó, sin jugar todavía, el respaldo de la hinchada de Boca para ser titular. Hermosa señal para los bolivianos que sentimos orgullo por él.

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