Opinión

Biotecnología y miopía

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7 de mayo de 2019, 4:00 AM
7 de mayo de 2019, 4:00 AM

Últimamente, la biotecnología, los OGM o transgénicos, el incremento del cáncer en un 41% en base a “nuevas” evidencias científicas, el glifosato, los biocombustibles, etc. son temas de prensa recurrentes en el país. Se han creado leyendas sobre ellos y sorprende ver cómo son asumidas con fe ciega por algunos. Es que ahora tenemos más información especializada y cada vez menos gente capaz de entender esa información, lo que conduce a que algunos opinadores iluminados hagan una mezcolanza de los transgénicos con el uso del glifosato en general, apoyan contundentemente los cultivos orgánicos y siempre aparecen con un CD con una “compilación” de datos recientes sobre estos temas. Hacen tremenda alharaca afirmando que todo lo químico es malo, cuando toda la vida es química pura y la agricultura es siempre orgánica, se use o no agroquímicos. Sorprende cómo en este asunto tan serio se vierten argumentos tan banales e inconsistentes y, los supuestos “entendidos”, se involucran en temas en los que, de lejos, demuestran ser ignorantes.

No es hacer una apología de los agroquímicos. Todos son de cuidado para la salud humana, tanto como los remedios, desinfectantes, detergentes, productos de limpieza o cosméticos. El problema es el abuso que se hace de ellos. “La dosis hace al veneno” (Paracelso 1493 – 1541).

Evaluando muy básicamente el efecto de los OGM sobre el aumento de problemas de salud en Santa Cruz, podemos analizar la industria avícola y la porcina, entre otras, que consumen directamente proteínas e hidratos de carbono, soya y maíz genéticamente modificados. En Bolivia, cada año se producen alrededor de 220 millones de pollos, al menos 2.000 millones de huevos, además de las 1.700 toneladas por mes de carne de cerdo; todos alimentados con proteína y energía (soya-maíz) transgénicos. Los veterinarios y agrónomos, reconocidos por su capacidad y desempeño profesional, además de su nivel académico, hasta hoy no han encontrado alguna situación anormal en los pollos, gallinas, huevos y cerdos producidos con los alimentos balanceados derivados de los cultivos agrícolas satanizados.

Los beneficios de la adopción de la siembra directa (SD), en Santa Cruz y en el mundo, pueden ser medidos en varios aspectos y todos confluyen en un sistema productivo más sostenible, pudiendo ser explicado con los beneficios siguientes: mejora el aprovechamiento del agua, protege contra la erosión (90% menos de erosión respecto a la labranza tradicional). También aumenta la acumulación de carbono en el suelo y de la materia orgánica, impide el encostramiento del suelo, reduce un 60% el consumo de combustibles fósiles en la producción de cosechas, se reducen las emisiones de GEI en otro tanto y además, hace las siembras más productivas y seguras. Esto por ahora y gracias al “maldito” glifosato.

Los que dicen preocuparse por el “medio ambiente” (50% del mismo) lo hacen para figurar, inflar su ego y miopía. El trabajar por el 100% del ambiente es de personas serias, íntegras y entendidas. Hay en el país muchos y serios problemas ambientales que afectan nuestro futuro, como el avasallamiento de espacios naturales protegidos, la basura en pueblos, ciudades y carreteras, que contamina billones el agua. Miles de toneladas de plásticos desechados se dispersan por el espacio, contaminando suelo, agua y aire, provocando la muerte de organismos, impactando en el paisaje y con un lapso de degradación de 200 años. Los problemas ambientales son serios para ser tratados por gente que consideran la ciencia y tecnología como una amenaza. Es el típico caso de Galileo, quien fue condenado por el papa, ya que este creía que su nuevo método de considerar la verdad constituía un gran desafío a la autoridad tradicional. La ciencia, que crea conocimiento, y la tecnología, que aplica esos conocimientos, han superado con creces la capacidad de los prestidigitadores mentales.

 

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