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22 de octubre de 2018, 3:00 AM
22 de octubre de 2018, 3:00 AM

La falta de renovación del sistema partidario boliviano es casi generalizado. No es exclusivo de la mayor parte de la oposición, en la que se repiten para la contienda electoral de enero y de octubre de 2019 caras antiguas y viejas siglas, como ha dicho el vicepresidente en una entrevista difundida ayer por El DEBER. La falta de renovación está también en la primera línea gubernamental, lo que hizo que el MAS fuerce otra salida para reeditar su binomio presidencial, tras la derrota en el referéndum del 21-F. Si Evo Morales y García Linera no tienen sustitutos en su partido, es por la misma causa que la mayor parte de las organizaciones opositoras tampoco ofrecen alternativas en sus primeras líneas. El caudillismo está arraigado en el sistema partidario boliviano y las primarias no resolverán el problema si se las encara como las vienen encarando. El sistema parece estar hecho a la medida de caudillos que quieren morir en sus cargos políticos y cerrar las puertas a la interesante emergencia de nuevos líderes provenientes, por ejemplo, de las plataformas ciudadanas.

 

La creación de la región metropolitana entre las alcaldías está demorada. Con ella los municipios de la capital cruceña y sus vecinos podrían evitarse conflictos como los de los puentes y atender conjuntamente y de forma más eficiente servicios vitales, como los del drenaje, aseo, transporte público, entre otros.

 

Los vendedores ambulantes y los gendarmes siguen jugando al gato y al ratón en los alrededores de Los Pozos y de La Ramada. Ningún control represivo alcanza si hay gente que les compra a los informales que se ubican irregularmente en las vías públicas. Evite comprarles y tendrán que formalizarse.

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