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23 de julio de 2018, 6:54 AM
23 de julio de 2018, 6:54 AM

La Alcaldía paceña destina Bs 44 millones a la cultura y la de Cochabamba le otorga Bs 12,5 millones. Ambas ciudades tienen menos habitantes y sus comunas cuentan con dos veces menos presupuesto que la cruceña. Aquí no está aún claro si los recursos ediles para la cultura superan los Bs 20 millones o menos de ese monto. En todo caso, nuestra Alcaldía destinaría menos del doble que el presupuesto cultural de La Paz y un poco más que el de Cochabamba, ambas ciudades con menos habitantes y con comunas que manejan menos recursos que la de Santa Cruz de la Sierra. Queda claro entonces que la cultura aquí ha sido nomás relegada a un plano secundario o marginal, desde hace años, lo que convoca a buscar un mayor equilibrio entre el gasto en cemento y el gasto en desarrollo humano.

Una muestra de que la cultura está fuera de las prioridades municipales es que hasta ahora Santa Cruz no cuenta con un teatro o un centro de espectáculos a la altura de la “locomotora económica” de Bolivia. Hace tiempo se anunció un megaproyecto en este campo, que finalmente no despegó. Los escenarios de la Casa de la Cultura y el Paraninfo Universitario no están todavía a la altura de una ciudad de más de dos millones de habitantes. Lo que hay a nivel público no alcanza y los esfuerzos privados en escenarios artísticos también son insuficientes.

La Asociación de Ciegos de Santa Cruz abrió un restaurante propio, con una oferta gastronómica interesante y con precios muy accesibles. Loable emprendimiento que requiere del impulso ciudadano e institucional para sostener el sueño de cientos de personas que aspiran a tener mejor calidad de vida, en una urbe que a veces olvida a sus pobladores con capacidades diferentes y especiales. 

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