Opinión

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Choquezuelas

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10 de febrero de 2019, 5:00 AM
10 de febrero de 2019, 5:00 AM

Le cuento que hay una fórmula descubierta para preservar a las piedras que tienen miles de años, le comenté a mi suegra, a manera de entablar una cordial conversación.

No empiece con sus indirectas, porque mis choquezuelas están firmes y mi cutis – de lejos – parece de porcelana, me respondió.

Con razón y con frecuencia la visita el vecino para enseñarle el baile del perreo, le dije abriendo mi trinchera. El perreo no es una obscenidad como usted piensa, es una respuesta rebelde de la juventud de hoy, me retrucó.

A lo que quería llegar era a comentar era sobre la piedra tallada más grande del mundo que se encuentra en El Fuerte de Samaipata. Le dije que tenía dos mil años y me aseguró que eso no sabía, porque aún no había nacido.

Luego de la escaramuza de rigor, nos pareció una real maravilla que haya una forma de preservarla. Ambos, sin decir nada, queríamos que haya adelantos de esa naturaleza para que nuestras bisagras óseas que están a las pailas, puedan curarse completamente para ser ágiles en el caminar, fuertes cuando saltamos en el estadio y, por último, flexibles para perrear como la generación nos impone.

Dizque las figuras de jaguares, serpientes y ñandúes fueron grabadas hace 2.000 años, están en riesgo de ser borradas del mapa por hongos y musgos aparte de las condiciones del clima y esos grabados de los 70.000 turistas agreden con sus talladitos cursis como “Chichito y Cuquita, se aman”, acá estuvo el camba de hierro, o de consistencia política como Evo Pueblo o Bolivia dijo no.

Lo cierto y es una muy buena noticia, que este monumento nacional, catalogado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, en 1998, autoridades de Samaipata y técnicos del Centro de Investigaciones Arqueológicas (CIAS) contrataron a la empresa Édolo, la que descubrió la fórmula para preservar el legado lítico. Es algo así como crema para la piel humana, pero es para la piedra que volverá a respirar para vivir, esperemos por los siglos de los siglos.

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