Opinión

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El Oriente en el presente y futuro de Bolivia

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8 de septiembre de 2018, 21:48 PM
8 de septiembre de 2018, 21:48 PM

El ya lejano 10 de febrero de 2006 recordé la ilustre figura de Bartolomé Mitre (1821-1906), expresidente de la República Argentina y fundador del diario La Nación. Pocos saben que tuvo un vínculo especial con Bolivia.

Durante la dictadura de Juan Manuel Rosas, Mitre llegó a La Paz en 1847 como exiliado. Allí encontró refugio en la residencia del presidente José Ballivián, con quien sostuvo una cordial relación. Colaboró en la organización del Colegio Militar y acompañó a Ballivián mientras sofocaba varios levantamientos. Tal cosa generó antipatías hacia Mitre por parte de los revoltosos opositores.

Bartolomé era agudo observador. El Altiplano -con su grandiosidad y tristeza- lo impresionó. Por esos parajes Mitre marchó hacia otro exilio. En 1848 asumió el mando del país Manuel Isidoro Belzu y ordenó la expulsión del joven argentino que marchó escoltado hasta la frontera con Perú. Mitre pasó luego a Chile y de allí volvió a su patria, donde culminó su importante destino personal.

Durante su larga vida, Mitre fue observador, testigo y actor de hechos que paulatinamente transformaron a los países de América. Con respecto a Bolivia expresó: “Para matar la pasión política del pueblo boliviano, que en la práctica se reduce a perseguir un puesto público rentado, conviene crear la riqueza pública y privada, fomentar la inmigración y el incremento de las industrias, independizarse, en fin, económicamente, para dejar a un lado la política y no preocuparse del bien público sino cuando los que lo administran amenazan, con sus imprudencias o con su ignorancia, el bien privado”. Sus razonamientos siguen siendo válidos hoy.

Y reitero una acertada profecía de Bartolomé Mitre: “Bolivia es una nación con vías de comunicación atrofiadas. El porvenir de Bolivia no está al Occidente sino en la parte donde nace el sol... Por eso debe tender a encontrar una salida por el Atlántico, buscando por el Oriente el aire, el espacio y la luz que le falta por el Pacífico... y con el Pilcomayo y el Paraguay como posibles vías de salida al mar”. Esto, escrito a fines del Siglo XIX y durante el auge de la economía minera, fue realmente visionario. En 2018 el vaticinio de Bartolomé Mitre es realidad concreta; el desarrollo del oriente boliviano marca actualmente el presente y porvenir de nuestro país. Ahora predomina la economía de la llanura, ya no la de las montañas. Y, mientras esperamos el ansiado retorno al Pacífico, recordemos que Puerto Busch y la Hidrovía Paraguay-Paraná le dan a Bolivia una salida directa al Atlántico. Verdaderamente, valió rememorar el acertado pronóstico de Mitre en estos inicios de septiembre, el mes de Santa Cruz, nuestra querida tierra natal.

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