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15 de mayo de 2018, 4:00 AM
15 de mayo de 2018, 4:00 AM

El Tao Te Ching, escrito hace aproximadamente 2.500 años por Lao Tsé, es un libro que nos enseña el camino de la sabiduría. En la lectura de este maravilloso texto, también denominado Libro del camino, aprendemos que es necesario pertrecharnos de amor antes de dar una batalla y que nos rebajemos de la misma manera que aspiramos a la grandeza. Es decir que seamos humildes en todo momento.

Lao Tsé también nos propone el equilibrio entre el ser humano, el cielo y la tierra, es decir tres planos metafísicos propios de la cosmovisión asiática que también están presentes en las culturas nacionales, entre los aimaras, por ejemplo, estos planos son: el Alaj Pacha o mundo de arriba, el Aka Pacha o mundo de aquí y el Manqha Pacha o mundo de adentro y de todos los seres que habitan estos espacios;  para los guaraníes son Ivate, Ivi y Japipe y para los moxeños es Anugie’e, Poigie’e y Mo’e. Los Weenhayek los nombran Pule, Wikywet y Honhat, su traducción vendría a ser el Cielo, de arriba, el Cielo de abajo y el Cielo de adentro.

Lao Tsé es sabio al definir el vacío, en una concepción radicalmente opuesta a la occidental que lo define como la nada, él lo define como lo que da sentido al recipiente o da equilibrio al movimiento. El iluminado chino nos dice: “Treinta radios se unen en una rueda. Pero su utilización también depende del espacio vacío entre los radios. / Hacen los vasos de arcilla. Pero su utilización depende del espacio vacío que hay en estos. / Hacen paredes, puertas y ventanas en una casa. / Pero su utilización también depende del espacio vacío que hay en esta. / Así es cómo se relaciona la utilidad de los objetos con el espacio vacío”, leyendo y asimilándolo aprendí que el vacío existencial lo podía llenar con amor o con literatura, que para mí es lo mismo. 

Tao, puede traducirse como la Conciencia primordial o el Creador. Uno de los poemas del Tao dice: “Quien conoce a los hombres es inteligente./ Quien se conoce a sí mismo es iluminado./Quien vence a los otros posee fuerza./ Quien se vence a sí mismo es aún más fuerte”; en otro párrafo afirma que “conocer a los demás es sabiduría/ conocerse a sí mismo es iluminación” y eso es lo que vengo intentando desde hace varios años, tarea nada sencilla porque el camino interior es el más largo y difícil de los caminos, a medida que divisamos la meta, esta se aleja y camino en el sendero que las palabras me han trazado, porque creo que mi destino es el de mis palabras y por eso trato de convocar a las  necesarias e imprescindibles.

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