Opinión

El edificio de la Brigada y el valor de la cultura

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20 de abril de 2019, 4:00 AM
20 de abril de 2019, 4:00 AM

La cultura vivió un día histórico el sábado pasado. La Brigada Parlamentaria cedió la planta alta del edificio que ocupa, para que se convierta en un museo de arte y sea administrado por los actuales responsables de Manzana 1 Espacio de Arte. La noticia no puede más que ser celebrada a lo grande, porque valora el gran aporte que las artes hacen al desarrollo integral de la ciudadanía.

La presidenta del Senado entregó las instalaciones en concesión a los administradores de Manzana 1 Espacio de Arte, quienes han trabajado durante más de 14 años impulsando la cultura, con esfuerzo propio y con apoyos mayoritariamente privados. Fueron ellos los que alertaron sobre el deterioro que sufrían esas instalaciones, debido a las filtraciones que bajaban desde la planta alta, desde las que eran oficinas de los legisladores.

La concesión no solo otorga los espacios: 12 oficinas que se convertirán en galerías de artes visuales; también habrá un presupuesto del Tesoro General de la Nación para la refacción de la infraestructura histórica. Se cree que podrían ser alrededor de Bs 800.000, según el coordinador de Proyectos Intervenciones Urbanas, dependiente del Ministerio de Planificación del Desarrollo, que permitirán recuperar los ambientes y también los momentos de la historia que se vivieron en ese edificio.

La Brigada Parlamentaria tiene dos edificios. El que da a Manzana 1 fue ocupado por la Policía y por el Poder Judicial. Cuando ambas instituciones lo abandonaron, quedó a merced de indigentes y carecía de cuidados. Por eso, en 2005, la Brigada Parlamentaria Cruceña de entonces buscó recursos públicos y privados para refaccionarlo íntegramente y, en coordinación con el municipio, dio luz verde para que la Manzana Uno se conecte con la plaza 24 de Septiembre. Después, Manzana 1 Espacio de Arte recibió la infraestructura que ocupaba la Policía y la ha gestionado de manera excelente hasta la fecha.

La actual iniciativa es un segundo hito que merece el aplauso de toda la ciudadanía. También merecen una felicitación los gestores culturales que se mantuvieron activos, buscando recursos y generando propuestas artísticas que han permitido que más de 50.000 personas visiten Manzana 1 en solo dos meses. Su accionar es una muestra palpable de que se pueden dejar huellas profundas, aunque en un principio parezca que no hay un camino para recorrer.

Estos hechos abren la senda para que la Alcaldía, la Gobernación, los empresarios privados y muchos otros vean el ejemplo y amplíen los presupuestos para impulsar el arte. No hay que olvidar que no puede haber desarrollo integral de un pueblo, si no se considera el valor de lo sensible, que solo se manifiesta a través de las expresiones culturales.