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Hacia el Atlántico

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7 de octubre de 2018, 21:40 PM
7 de octubre de 2018, 21:40 PM

Ahora que se ha cerrado, para siempre, la esperanza de volver al Pacífico, es inevitable que el país mire hacia el Atlántico, el océano por el que llegaron las tres carabelas españolas en 1492.

Si los jueces de La Haya nos hubieran dado la razón, habrían abierto la compuerta para que miles de acuerdos bilaterales sean revisados. El caos habría sido total: en Europa se hubiera restaurado el imperio romano y en esta región, el imperio incaico.

La primera reacción de quienes cometieron el garrafal error de llevar la demanda a La Haya fue mirar hacia Puerto Busch, ese punto del Paraná que desde 1938 espera para convertirse en el contacto de Bolivia con los mares del mundo.

Esto nos pilló en el momento en que el gobierno de Evo Morales está invirtiendo $us 100 millones en el puerto argentino de Rosario, sin haber invertido un centavo en Puerto Busch.

Habrá que componer la flotilla de barcazas que ayude a la conexión con el Atlántico, pero, por favor, sin otros negociados vergonzosos, como el que se produjo en el Gobierno de Morales con el caso de las barcazas chinas que nunca llegaron, aunque fueron pagadas como si fueran de oro.

Del mismo modo que recibimos Puerto Busch como compensación por el Chaco, en el Amazonas hay otro compromiso hecho a cambio de otro pedazo de Bolivia. Son los despojos del país de los que hay que vivir ahora, pero sin olvidarlos.

Esta nueva realidad tendría que obligarnos a hacer una revisión seria del Tratado de Petrópolis firmado con Brasil a cambio del Acre. Aparte de las ofertas de ferrocarriles y otras cosas, el país vecino ofreció garantizar el acceso de Bolivia al Amazonas, y de allí al Atlántico, algo que no se ha cumplido.

Y se deberá tomar en cuenta que los puertos chilenos tienen condiciones que deben ser tratadas con mucho cuidado. Desde 2012 que Bolivia no asiste a las reuniones para actualizar las condiciones del puerto de Arica.

Hagamos las cosas en serio. Por dignidad, dejemos de lloriquear, ahora que el actual Gobierno ha cometido el error de llevar el tema a La Haya sin argumentos apropiados.

Pero recordemos que el Atlántico también existe.

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