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12 de junio de 2018, 4:00 AM
12 de junio de 2018, 4:00 AM

El domingo concluyó exitosamente la FIL Santa Cruz, quisiera brindar algunas sugerencias para el próximo año, lo hago como escritor, como lector y gestor cultural que participa desde sus inicios. La FIL Santa Cruz es un fenómeno cultural que, cada año, convoca a miles de visitantes, cientos de editoriales y librerías, así como un número similar de escritores; la feria ha llegado estos últimos años a su mayoría de edad con invitados de lujo y encuentros extraordinarios tanto literarios, editoriales, como de bibliotecarios y de promoción de la lectura. Sin embargo, creo que es importante que hagamos un alto en el camino y reflexionemos acerca de su crecimiento.

Pienso que una de las tareas pendientes es la de generar nuevos públicos: este año se trajo a Margo Glantz, una gran escritora sin duda alguna que, sin embargo, no atrajo público porque era desconocida en nuestro país, a diferencia de otros invitados de años anteriores que convocaron a muchísima gente. También es hora de invitar a otros escritores nacionales que viven fuera del país, por ejemplo a Claudio Ferrufino-Coqueugniot y otros. Se gasta mucho dinero para traer a destacados escritores internacionales y nacionales, sin embargo, no asiste una buena cantidad de público a sus conferencias y encuentros; la mayoría de las veces la mitad de los asistentes fueron los propios escritores o poetas invitados, algo está fallando. Quizá la organización de la FIL no está agotando los esfuerzos para generar un nuevo público, pocos jóvenes van a los encuentros oficiales. Habría que establecer convenios con colegios y universidades para que acudan a determinados eventos, no solamente dejarlos ingresar de manera gratuita. 

Los poetas y narradores invitados podrían brindar charlas literarias o dirigir talleres en la misma FIL y no tenerlos como si fueran de exclusividad de un grupo de amigos. He sido testigo que, cuando nos invitan a festivales y ferias en el exterior, nos encanta que nos organicen este tipo de eventos culturales. En mi caso, a los escritores que invitamos del Perú los llevé a conocer a otros escritores, les sugerí qué libros adquirir y les hice contacto con editoriales nacionales, porque creo que para eso vienen y debemos ser solidarios entre escritores. Como afirma un amigo librero: La FIL Santa Cruz ha crecido, ahora se trata de fortalecerla, no solamente trayendo decenas de escritores que no aportan en nada a la formación de nuevos lectores y escritores.

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