Opinión

Muy pocas reservas

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13 de agosto de 2018, 4:00 AM
13 de agosto de 2018, 4:00 AM

Agosto siempre es importante en Bolivia. Esta vez, el mes de Augusto llega cuando el país está sin suficientes reservas de gas natural, con pocas reservas internacionales en el Banco Central y con cero de reservas morales.

Las reservas de gas natural están en niveles críticos. No solo en el volumen, sino sobre todo en credibilidad.

Hay un ministro que se divierte repitiendo absurdos mientras la empresa estatal del petróleo se niega a informar sobre lo que ocurre a pesar de haber pagado a un consorcio canadiense para que certifique las reservas después de cinco años de incertidumbre.

El ministro dice que las reservas son de 132 TCF aunque el presidente de la muy servil Repsol dice que son de 11 TCF y el senador Oscar Ortiz las ubica en 4 TCF.Más confusión no podía haberse creado. Sacar un promedio sería tan absurdo como creer al ministro. La verdad será conocida en 2025, cuando el país tenga que importar gas natural para el consumo interno, dicen los pronósticos más serios.

De las reservas del BCB todo es especulación. Hay en el BCB un marxista rezagado convencido de que el mejor presidente del Banco Central de Cuba fue el Che Guevara, y quisiera emularlo. Solo quiere firmar billetes para la posteridad, aunque sean billetes diseñados con muy mal gusto. Las reservas del BCB son tan poco protegidas como la banda presidencial y la medalla de Bolívar, que en los últimos días estuvieron de paseo por los lupanares de El Alto y cayeron en manos de unos extraños ladrones que las devolvieron con inaudito pudor. Esas mismas bóvedas guardan las reservas internacionales netas, que hace tiempo perdieron su virginidad, sin el auxilio de ningún pudor.

Y de las reservas morales es casi mejor ni hablar. No solo porque hacerlo es provocar al poder político que custodia la amoralidad, que es la filosofía del “vivir bien”, muy de moda ahora.

Pero que la medalla de Bolívar haya estado en las puertas de un prostíbulo y haya sido robada por ladrones comunes y el presidente admita que estaba de “chaki” al día siguiente por haberse emborrachado con oficiales de las Fuerzas Armadas, y que luego el presidente pregunte a un alcalde de Yacuiba cuánta “comisión” obtuvo de un contrato público, es demasiada dosis. Es admitir que el país está perdido.

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