Opinión

No es “normal”, es inaceptable

El Deber logo
17 de marzo de 2019, 5:00 AM
17 de marzo de 2019, 5:00 AM

Me dicen varios profesionales en informática y en ciencias económicas que es posible hacer fraudes como los que se hicieron en Cotas y que se logren evadir controles; eso después de que pregunté si era cierto que se puede disimular pérdidas mensuales o cuentas por cobrar (sobre equipos no recibidos) que no generaban una cartera de créditos ni ingresos, distribuyendo las mismas “en 50 cuentas diferentes y que se iban cancelando con la depreciación de equipos (caso Cotas)”.

Se me explicó que en economía y en informática todo se puede hacer, pero que nada se hace sin que deje una huella y que, si bien es posible evadir controles y es difícil detectar el fraude por un tiempo, éste al final se detecta (de hecho, así ocurrió). Tras casi cuatro años de hacer lo mismo, seguramente movidos por la ambición y de experimentar una especie de sensación de impunidad, los que idearon el descomunal robo a la cooperativa se dejaron pillar.

La memoria judicial dirá que Hubert Gil, con alguien de la empresa Daher (y Cotas), lograron romper la cláusula 4 del contrato entre ambas empresas, donde se decía que el ‘voucher’ de compra debía ser personal y que la recepción del equipo también o, en su defecto, con carta certificada. Y, seguramente de la misma manera con Media Market (Widen Vaca), que llegó a solicitar y recoger solo de Daher, con personas de su ‘confianza’, unos 5.500 equipos, aunque la suma de lo recogido o entregado por la empresa llegue a más de 7.500 equipos.

Hay mucha documentación sobre sumas, equipos y personas que recogieron, transportaron y entregaron los mismos, además de detalles de correos entre gente de Gil y Daher que dan cuenta de que, por ejemplo, no hay respaldo para la entrega de más de 1.200 equipos y que no corresponderían a lo entregado por la modalidad acordada. Además, hay entregas de equipos que no corresponden a la modalidad del beneficio a los socios de Cotas, que tenían que ver con actividades relacionadas ‘solo con los rubros de la Cooperativa’ (quiere decir que la línea blanca no entraba en las transacciones).

Seguramente seguiremos teniendo información por partes, esto pasa siempre. Es de mi conocimiento que Gil y Vaca llegaron a reconocer que tienen responsabilidades directas en los hechos; a ellos se juntarán algunos otros nombres, pero eso corre por el lado penal. En lo que hace a este artículo, lo importante es dejar claro que, si bien el delito incursiona en modalidades cada vez más nuevas, se hace necesario que las empresas mejoren sus sistemas de control, que no siempre están en consonancia con los ‘avances’ del fraude.

¿Que si puede ocurrir en cualquier lugar? Sí, claro, pero los socios de Cotas, no somos socios de otras empresas en las que pueda pasar cosa parecida, de manera que no podemos dejarlo así ‘por más que pase’. Eso es inaceptable.

Reitero que debe haber, en el marco del estatuto de Cotas, una renovación parcial anticipada de los consejos de la cooperativa, dando certidumbre a los socios de que la estructura de la misma no ha sido maleada y, fundamentalmente, como un reconocimiento de que, de alguna manera, hay un relajamiento en los controles. Nos haría bien a todos que así sea. De esa manera, ‘los que sabemos’, se moderan con sus ganas intervencionistas.

Tags