Opinión

Nuevo desfalco en el Banco Unión

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19 de mayo de 2018, 4:00 AM
19 de mayo de 2018, 4:00 AM

Se ha descubierto un nuevo desfalco en el Banco Unión. Hasta el momento, se habla de 1,6 millones de bolivianos y nadie sabe si será la última estafa detectada en esa entidad financiera, si el monto del que se habla es definitivo o si seguirá subiendo a medida que avancen las investigaciones. 

Lo cierto es que la noticia es otro duro golpe para el país, ya que (aunque el dinero esté asegurado y sea repuesto) se trata del banco que maneja las cuentas del aparato estatal, donde está el dinero de todos los bolivianos.

La estafa fue detectada en una auditoría que se realizó a las gestiones 2015 a 2017. Se identificó al jefe de operaciones de la agencia de la localidad de Desaguadero como el responsable del desfalco, mediante los cajeros automáticos. El funcionario alertaba a la administración central acerca del agotamiento de efectivo en los ATM, a pesar de que estos tenían dinero y cuando llegaban los nuevos billetes, él sustraía grandes montos para beneficio personal. 

Lo insólito es que la estafa se desarrolle sin que los sistemas de control del banco la hubieran detectado. Hace ocho meses se descubrió el primer desfalco, también en una agencia bancaria de una provincia paceña y con un daño económico de más de 37 millones de bolivianos. 
Ambas situaciones llevan a pensar que estamos ante una gestión ineficiente en uno de los bancos más importantes del sistema. ¡Cómo puede ser posible que funcionarios de bajo rango roben durante varios meses y que nadie se dé cuenta! El acusado había renunciado en diciembre del año pasado y hasta pudo haberse ido del país.

Lo ocurrido deja muy mal parado al anterior directorio del Banco Unión, cuyos miembros no se enteraron de lo que ocurría en la entidad financiera. El nuevo directorio pretende mostrar que los controles son más eficientes ahora, pero no tendrá una mejor situación si es que las investigaciones no llegan a castigar a todos los responsables, sean del nivel que sean. 

No hay que olvidar que el directorio es designado por el Ministerio de Economía y que la ASFI también tiene la obligación de controlar que todo el sistema financiero funcione con transparencia y que no se produzcan estos hechos, que son tan sensibles para los bolivianos que van perdiendo la confianza en las instituciones.

Queda claro que no alcanza con detener a un funcionario menor, ya que hay otros niveles que también pueden tener una cuota importante de responsabilidad. 

En un país donde las instituciones están tan minadas, el Gobierno no solo debe buscar y sancionar a todos los culpables, también tiene la obligación de garantizar que el dinero de los bolivianos sea bien manejado. Hasta el momento, el banco que tiene capital estatal y que maneja las cuentas públicas no ha hecho bien esa parte del trabajo.

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