Opinión

Pesadilla por obras viales en la ciudad

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20 de julio de 2019, 4:00 AM
20 de julio de 2019, 4:00 AM

L os ciudadanos respaldan las obras viales que una ciudad necesita para funcionar. Lo que no soportan, y con razón, son los embotellamientos que se generan por dichas construcciones, la forma cómo se llevan a cabo y los horarios en que se realizan.

El caos que se vive hoy en diversos puntos de Santa Cruz resulta inadmisible para una ciudad que se dice moderna y organizada. Encabezan la lista de dificultades urbanas los trabajos para establecer el denominado Bus Rápido de Transporte (BRT) público, una iniciativa que pretende mejorar el tránsito vehicular en el primer anillo, es decir, el corazón de la ciudad y que, es honesto reconocer, representa el único corte planificado de los tantos que hay en las arterias de la urbe, pero que -pese a las advertencias- igual desordena el tráfico de los vecinos.

Estos días lo vimos en un sector tremendamente sensible como es la zona de los hospitales. Si bien la municipalidad informó de los trabajos que se comenzarían a realizar en la avenida Cañoto, entre las calles Seoane y México, nada evitó que se produjera un colapso de tráfico vehicular imperdonable para una sociedad que tiene una gendarmería y una Policía de Tránsito que debieran garantizar un mínimo orden para miles de personas que pasan todos los días por ese lugar.

Adicionalmente, los trabajos de bacheo en varias rotondas e intersecciones de la ciudad están ocasionando similares dificultades con los mismos y recurrentes problemas. No es admisible que las obras se realicen en horas pico donde miles de transportistas circulan por nudos fundamentales de la urbe cruceña.

Todos queremos mejoras en las vías de acceso, el problema es cómo y cuándo se las realizan. ¿Por qué no lo hacen en horas de la madrugada? ¿Por qué no lo hacen los fines de semana? ¿Por qué no hay suficiente señalización para advertir de los trabajos que se realizan? ¿Por qué se observa la casi absoluta ausencia de personal policial que ayude a ordenar el caos? Es saludable que el municipio esté reparando el pavimento rígido en la ciudad, pero es fundamental comunicarse con el ciudadano, advertirle que será perjudicado y es muy importante que las obras duren poco tiempo.

En otras urbes, cuando hay este tipo de trabajos, no suelen durar más de 24 o 48 horas. ¿Por qué en Santa Cruz de la Sierra hay que esperar semanas completas? Como si el bacheo no bastara, Saguapac se ha embarcado en un vasto y necesario proceso para la reparación de ductos grandes del alcantarillado sanitario. Enormes boquetes abiertos en diversas arterias también están provocando dificultades en el paso de los vehículos y peatones.

La falta de organización en la construcción de obras viales tiene consecuencias concretas para la sociedad en su conjunto.

Primero, en el plano económico, ya que miles de personas llegan tarde a sus fuentes laborales, lo que impacta en la productividad y la generación de recursos hoy cada vez más escasos. Y, en segundo lugar y no menos importante, se pone en riesgo la salud mental de miles de personas por los embotellamientos, lo que lleva a un incremento en los hechos de violencia entre ciudadanos y autoridades. Ojalá estos argumentos permitan medidas concretas y acciones claras para mejorar los trabajos en una ciudad que, de por sí, tiene innumerables presiones.

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