Opinión

Salvar a Cotas, ¿de quiénes?

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16 de junio de 2019, 4:00 AM
16 de junio de 2019, 4:00 AM

Negar que la Cooperativa de Telecomunicaciones de Santa Cruz está pasando otra vez por una difícil y preocupante crisis sería tan absurdo como negar que la Tierra gira alrededor del Sol. Como absurdo sería también tratar de negar que la mayor responsabilidad en esta crisis, que tiene como todas factores internos y externos, está dentro y no fuera de Cotas, algo que sería muy saludable sea aceptado sin objeciones por quienes están hoy a cargo de su administración. Para decirlo más claramente: todo iría sobre rieles si no se hubiera detectado un vergonzoso y millonario robo a la cooperativa, que fue operado desde adentro y en complicidad con proveedores externos, uno favorecido desde 2011 por el programa Cotas en cuotas y otro de repentina aparición en 2016, pero unidos por los mismos actores.

Lo dicho no quita responsabilidad a los factores externos, por supuesto. Pero estos mal podrían haberle robado algo a Cotas, si dentro de casa sus ocupantes hubieran cumplido, cada uno, las tareas que les competían. Desde el vendedor de calle hasta los presidentes de los consejos de Administración y de Vigilancia, este último responsable, nada menos, de las auditorías trimestrales a las que somete la Cooperativa a todas sus gerencias. Es un hecho que hubo una falla en cadena en todos los niveles, aunque en algunos mucho más que en otros. Me atrevo a decir que uno de ellos fue el de la gerencia de Auditoría, luego de la de Comercialización y Marketing, núcleo del esquema delictivo. ¿Cómo pudo pasar por alto la gerencia de Auditoría semejante robo?

Fallas que no se subsanaron luego de la contundente confirmación del robo, en enero de este año, sino que fueron en aumento desde entonces hasta la fecha. Entre otras, la de haber demorado en denunciar el robo a la Felcc, la de no haberlo hecho de manera clara, señalando nombres y apellidos de implicados directos y posibles cómplices, y una de las fallas más marcadas, la de haber dado información sobre el caso también en cuotingas. La suma de todas estas fallas solo sirvió para alimentar la susceptibilidad y la desconfianza de socios y no socios de Cotas (la que yo sí considero un patrimonio cruceño), las críticas a su manejo institucional y, lo más preocupante, un cerco policial y judicial con clarísimas señales de politización alentada por una cúpula gubernamental que hoy ha dejado clarito que apuesta por la intervención y control de la Cooperativa.

Lamentablemente, la cambiante estrategia de denuncia y defensa (ambas se confunden y no dejan ver realmente a qué apuntan los abogados de Cotas) de la Cooperativa ha hecho que inocentes pasen un calvario judicial que deberían estar viviendo autores materiales e intelectuales del robo. La comisión de fiscales se está agarrando de esa confusión para ir dando saltos de un lado a otro, sin entrar a fondo en el caso de robo y, más bien, dando la posibilidad de liberar del mismo a directos responsables, como es el caso de la esposa de uno de los principales autores del robo. La falta de claridad en estas acciones también da pie para declaraciones cínicas, como la de varios voceros del Gobierno central, sobre qué debe hacer y qué no, incluso hablan de “salvar a Cotas” y de intervención, para librar a la cooperativa de la corrupción. Viendo la paja en ojo ajeno y no la viga en el propio.

Aquí cabe la pregunta, ¿salvar a Cotas de quién, de quiénes? ¿De los logieros, tal lo dicho no solo por voceros del MAS sino también por muchos cruceños? ¿O de la cúpula masista, que ya se ha hecho de varios medios de comunicación, empresas y organizaciones sociales? ¿O de otros vivillos que no faltan en este pueblo, muchos de ellos proveedores de la propia cooperativa? Es la pregunta que todos debemos hacernos. Por ahora, y ante la asamblea de delegados convocada por Cotas para el próximo jueves, solo repito esto: la verdadera salvación de Cotas está ahora en manos de quienes la están manejando. No se cierren más. Abran los ojos. Si el poder político logra su cometido, recuerden, la culpa principal será la generada dentro de casa, no afuera.

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