El Deber logo
17 de enero de 2019, 4:00 AM
17 de enero de 2019, 4:00 AM

Así titula el libro de Andrés Oppenheimer en el que analiza el futuro del trabajo en la era de la automatización, dominada por robots y la inteligencia artificial. Esto es, de aquí a 15 o 20 años, en los países industrializados del primer mundo se habrá dado un cambio cuantitativo en las relaciones de producción, con prescindencia de la fuerza de trabajo tradicional debido a su sustitución tecnológica.

En los hechos, el periodista de CNN, analizando las más de 100 relaciones de trabajo en Estados Unidos, es lapidario al señalar que las actuales relaciones de trabajo serán sustituidas por los nuevos agentes de la producción y los servicios: los robots y la inteligencia artificial. Innovación repentina y desoladora que marcará otra época en la historia de la humanidad, como sucedió con la Revolución Industrial.

En su demoledora tesis, el autor de Sálvese quien pueda señala que los trabajos más amenazados de desaparecer o decrecer en importancia son los algoritmos referidos a los empleados administrativos bancarios y de aseguradoras, árbitros deportivos, operadores telefónicos, vendedores, agentes de viajes, con posibilidades de desaparecer un 97% o 98%.

Y entre las profesiones tradicionales con riesgo de desaparecer un 96% están algunas áreas de la medicina, la abogacía, la administración de empresas, el periodismo, si es que no amplían su ámbito de conocimiento.

Mas, sobre el particular, los abogados octogenarios, alejados del mundanal ruido profesional, estaremos al margen de las tesis de Oppenheimer y sus siniestras cábalas.

Corresponderá a las nuevas generaciones estudiar el presente y el futuro de las relaciones laborales.

Tags