El Deber logo
24 de marzo de 2019, 4:00 AM
24 de marzo de 2019, 4:00 AM

Freud, en Interpretación de los sueños, nos señala un lenguaje y los símbolos, desde el punto de vista del psicoanálisis. Mediante la hipnosis se puede curar el sueño obsesivo, el estudio de los sueños es un universo explorado para ayudar a la siquis en aquella confusión y distorsión de la realidad.

En estos tiempos difíciles, ¿podremos soñar realmente? Parece imposible; sin embargo, tratemos de hacerlo.

Probablemente, este texto no es para los que bajaron los brazos y no tienen delante nada más que una realidad oscura o gris. Es para los que tienen un espíritu elevado, es para los que todavía creen en la vida y en su constante regalo. Es para optimistas y gente de utopías, con energía y ganas de proyectarse y reconocerse en el aire, en los olores, en los sabores, en las calles, sentirse con los pies en la tierra y la mente sobrevolando para alcanzar el sueño perdurable.

Los sueños a veces son premoniciones o deseos reprimidos, guardados largamente; en los sueños nunca se sabe el final y cuando el sueño es placentero se ha compartido aquel arrobador entorno rodeado de naturaleza, de una luz intensa, donde los colores pelean para ser cada uno de ellos el más impactante, el que se quede en la memoria.

En los sueños, nos quitamos la careta, somos complacientes, no lo pensamos dos veces y accedemos con flexibilidad, reímos a carcajadas, estamos impecablemente vestidos, algunas veces nos desnudamos sin temor a los ojos de los otros que estarán observando sin esconderse; en los sueños, concretamos los anhelos, volamos como pájaros, no tenemos hambre, no tenemos frío, nos sentimos en una plenitud total. El delirio de los sueños es quedarse dormido y disfrutar el reposo, viviendo una película tecnicolor con imágenes rápidas y perecederas.

En los sueños cabe toda nuestra vida pasada y lo que probablemente será en un futuro, en los sueños el presente es estar ahí, con la cabeza apoyada, con los ojos cerrados, con el cuerpo acomodado y relajado, en la posición que nos pidió el cuerpo físico, no importa la sensación de la piel, no interesa el sonido de los huesos, menos los trastornos respiratorios, los ronquidos, en los sueños no hay vigilia, en los sueños estamos dibujando el mundo mágico de los descabezados, de la sinrazón, la lógica desaparece, se esfuma. Podemos ser una cometa, una estrella, podemos viajar a cualquier parte, el pensamiento está ausente y somos libres de ataduras. Podemos ser animales domésticos o salvajes pero en nuestro hábitat, la libertad es la llave de los sueños.

Tags