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14 de septiembre de 2018, 4:00 AM
14 de septiembre de 2018, 4:00 AM

Después de que en el imaginario colectivo todos creímos que El Fuerte de Samaipata era un sitio sagrado con todas las significaciones que conlleva, aterrizamos en el país de las ironías posibles.

De pronto, un día vemos que se quiere dar la importancia que merece al principal sitio arqueológico de Santa Cruz, con la emisión del nuevo billete de 20 bolivianos, en la que luce la fotografía de las hornacinas de El Fuerte de Samaypata. Pero luego, conocemos las conclusiones del INRA, Instituto Nacional de Reforma Agraria indicando, en su Informe técnico legal N°28/2018” que, la delimitación realizada por el Ministerio de Culturas y Turismo, Gobernación de Santa Cruz y el Centro de Investigaciones Arqueológicas de Samaipata (CIAS), se sobrepone a los predios recién titulados; es decir, que el sitio arqueológico, acaba de perder aproximadamente 65 hectáreas (de las 253 hectáreas con las que fue titulado como Patrimonio Cultural de la Humanidad en la Unesco el año 1998).

Este hecho automáticamente lo pone en riesgo, debido a que esta pérdida incluye el primer mirador del circuito actual y que, además, cualquier declaratoria, sea esta ley municipal, nacional o Unesco son simplemente referenciales, que no otorgan derecho propietario y tampoco son un documento técnico idóneo que permita establecer con precisión la superficie. ¿Otra vez resulta que las leyes son referenciales?

Al parecer no somos conscientes todavía del impacto negativo que, tendrá en el turismo, especialmente al municipio de Samaipata, donde es su principal fuente de ingresos, ya que es el lugar donde hay más diversidad de extranjeros en la actualidad.

Por lo tanto, hago público mi reclamo a las autoridades llamadas por ley, desde las locales, departamentales y nacionales, para que den la prioridad que merece nuestro sitio arqueológico y sagrado, considerado único en el mundo, por todos sus grabados en aproximadamente 260 metros largo por 60 metros de ancho.

¡Que La Roca tallada o el Fuerte de Samaipata valgan más que los 20 bolivianos en los que está impreso! ¡Cuidado, que en Tiwanaku suceda lo mismo!

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