Opinión

Tarija - Holanda

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12 de junio de 2019, 4:00 AM
12 de junio de 2019, 4:00 AM

Poco tiempo atrás el gobernador del departamento de Tarija visitó nuestra ciudad para firmar acuerdos con la Cámara Agropecuaria del Oriente, a fin de que esta asesore a los tarijeños a salir de la dependencia del gas como única fuente importante de ingresos. Mucho cumplido de parte de los del sur, ya que hace tiempo que el otrora exitoso modelo de desarrollo agropecuario cruceño ya no brilla como debiera y actualmente tenemos muchas cosas que hacer para reencauzarlo y hacerlo sostenible, hoy por hoy sostenido por un andamiaje muy endeble.

Lo que los tarijeños pueden ir asimilando es la visión, el coraje y la valentía temeraria de los agricultores cruceños y de aquellos que se afincaron por estos lados. Es por demás sabido que el centralismo andino priorizó la infraestructura vial con Chile y Perú antes que con el Oriente y recién por la emergencia de la Guerra del Chaco, casi por la fuerza, construyó algo parecido a una carretera entre Cochabamba y Santa Cruz, mejorada y asfaltada después, en el primer Gobierno del MNR. Hoy en día, ya con carreteras en el oriente, la única forma que tiene el centralismo alto andino para seguir frenando el desarrollo del oriente es impidiendo la exportación de los principales productos agrícolas cruceños, mientras que la quinua producida en el altiplano tan necesaria para superar la desnutrición de los niños del país, el café y cacao (entre los mejores del mundo), producidos en el norte paceño son exportados sin ‘cuotas’ a Asia y Europa.

Pero ¿por qué lo del epígrafe? Ambos ocupan un área similar, Tarija es el departamento más chico de Bolivia, apenas 37.623 km2, más pequeño que el Reino de los Países Bajos, conocido como Holanda que, con 41.543 km2, es el segundo exportador de productos agropecuarios del mundo con $us 112.000 millones, superado por EEUU con $us 140.000 millones y seguido por Alemania con $us 101.000 millones y de Brasil con $us 88.000 millones.

La actual Holanda peleó en el siglo XVII, durante 80 años, una guerra contra la corona española para obtener su independencia. Mientras tanto, la clase media se volvió predominante a diferencia del resto de Europa, el comercio se desarrolló, la nobleza perdió su poder en favor de una pujante burguesía instruida. El país es conocido por su tolerancia en el plano religioso y por sus técnicas agrícolas avanzadas. Así el comercio, el empoderamiento de la clase media y el desarrollo tecnológico en agropecuaria hacen hoy en día de Holanda un gigante en ese rubro.

En 1918 se funda la Universidad de Wageningen, hoy en día con cerca de 13.000 estudiantes, un 50% de ellos de postgrado, considerada de acuerdo a diferentes rankings la más importante universidad de ciencias de la vida (agronomía, veterinaria, forestería, ambiente) del mundo, responsable en gran parte del actual éxito holandés. En Holanda se han cerrado 27 cárceles por falta de delincuentes. En Tarija con júbilo y fanfarria se inauguraron120 nuevas celdas en el penal de Morros Blancos con la presencia de autoridades nacionales y locales. ¡Amalaya leche, amalaya miel!

Tarija hoy en día tiene mucho de todo, pero en muy pequeña escala. Excelentes vinos fluyen de sus bodegas, tiene ambientes ideales para desarrollar cultivos de clima templado, la industria de lácteos es incipiente, pequeña, pero con una buena base. Arándanos, uvas de vino y mesa, frambuesas, frutillas, pepinillos, ajo, orégano, anís, manzanilla, etc., de todo un poco como en botica; sin embargo, el mercado para los productos tarijeños podría ser de 300 millones de consumidores.

Al igual que Tarija, Holanda también tiene importantes campos de gas, ingresos que invierte en parte para proteger su territorio de las inundaciones (Países Bajos) ganando terrenos al mar para beneficio de su pueblo, Tarija pierde suelo a diario por la grave erosión de sus campos, mientras que usó su riqueza gasífera en la construcción de fastuosas plazas con fuentes de aguas danzantes, y aún no existe una vía de calidad que comunique a los chapacos de las sierras y valles con los chaqueños de la llanura. Mientras en Holanda funciona la tecnología basada en la ciencia, aquí funciona desde siempre una cleptocracia impenitente. Tarija, con el mayor ingreso per cápita de Bolivia, debe formar al más alto nivel académico a sus jóvenes profesionales agropecuarios en universidades reconocidas para que aporten a su terruño evitando así que se ahoguen en las turbias aguas de la mediocracia nacional.

 

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