Opinión

Tregua en la guerra comercial

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1 de julio de 2019, 3:56 AM
1 de julio de 2019, 3:56 AM

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha venido quejando de las prácticas comerciales de la República Popular China desde antes de asumir el mando. Ya instalado en la Casa Blanca, el año 2017 emitió una orden ejecutiva para iniciar de inmediato investigaciones sobre las políticas chinas en mate-ria de exportaciones e importaciones. A raíz de ello luego Trump tomó medidas drásticas al respecto; se inició el proceso denominado “guerra comercial” y se impusieron desde el pasado año aranceles por valor de miles de millones de dólares a varios productos provenientes de China. La retaliación de Beijing no se hizo esperar y así siguió escalando esta pugna tarifaria, que aún no concluye.

En la reciente reunión del G-20 en Osaka (Japón) se produjo algo que se rumoreaba desde días atrás: Donald Trump y Xi Jinping acordaron reanudar las negociaciones comerciales en la cumbre del G20. Habrá una nueva tregua en esta lucha arancelaria donde nadie gana con claridad y todos al final pierden, tal como lo ha advertido con alarma el Fondo Monetario Internacional. Ya se tuvo una tregua anteriormente -en el mes de diciembre- pero fue breve; al no lograr las partes ponerse de acuerdo, la mutua imposición de aranceles continuó. El conflicto comercial lleva un año de duración. Ojalá esta nueva pausa sea el inicio de conversaciones que arriben a buen puerto para acabar de una buena vez esta confrontación entre las dos más grandes economías planetarias.

Trump también levantó parcialmente el veto sobre el gigante tecnológico Huawei y expresó que continuaría negociando con Beijing “por el momento”. El año pasado EEUU impuso tres rondas de aranceles por valor de más de $ 250.000 millones. China contraatacó imponiendo aranceles que oscilan entre el 5% y el 25% sobre $ 110 mil millones de productos estadounidenses. La escalada puede proseguir si no se logra un entendimiento definitivo.

El enfrentamiento EEUU-China altera en grado sumo las pautas establecidas por la Organización del Comercio Internacional (OCI), ente encargado de armonizar las políticas del ramo y que debería ser el foro indicado para discutir, negociar y tratar de solucionar problemas de este tipo, en lugar de tener una lucha entre dos titanes, mientras el resto de la comunidad mundial observa im-potente el espectáculo, a sabiendas que más tarde o más temprano deberá ab-sorber, le guste o no, le convenga o no, las consecuencias del conflicto.

Ahora vendrá el turno de los negociadores de ambas partes; intentarán lograr un acuerdo permanente capaz de apaciguar las hoy muy agitadas aguas del comercio global. Esperemos que así sea, por el bien de todos.

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