Opinión

Un conflicto no solo comercial

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25 de mayo de 2019, 4:00 AM
25 de mayo de 2019, 4:00 AM

El conflicto entre EEUU y China, desatado como consecuencia de las exigencias del presidente Donald Trump, no está circunscrito a las relaciones comerciales. También están en juego cuestiones relativas a las políticas y prácticas en materia de propiedad intelectual y, sobre todo, de desarrollo tecnológico, así como comportamientos y estrategias empresariales.

Una escalada en el conflicto se ha producido después de que el presidente estadounidense emitió una orden ejecutiva con el fin - según la explicación del boletín de la Voz de América - de “ayudar a proteger a EEUU contra los adversarios extranjeros que aprovechan las vulnerabilidades tecnológicas para amenazar los sistemas de comunicaciones de la nación”. Si bien la disposición no menciona ningún país o empresa específicos, se entiende que está dirigida, sobre todo, a la corporación china Huawei Technologies Co. Ltd., considerada el “mayor fabricante mundial de equipos de telecomunicaciones” y un “pilar de Pekín por expandir su influencia global”. Después de la orden presidencial, la Secretaría de Comercio dictó otra medida incluyendo a Huawei en una lista de compañías que están impedidas de realizar negocios con empresas estadounidenses sin una “aprobación especial”.

En toda esta trama, no es un dato irrelevante el que Huawei está en la vanguardia de la nueva tecnología 5G. De acuerdo con una versión de la agencia de noticias Reuters, el Directorio de Señales de Australia, la agencia de espionaje de este país, fue el primero en advertir los posibles daños que podría causar a una “nación objetivo” quien tuviese acceso a “equipos instalados en la red 5G”. Lo que un equipo especial de investigación permitió - según explicaron voceros del Directorio - fue apreciar “cómo podría explotarse el 5G para espiar y sabotear infraestructuras críticas”. Es seguro que estos hallazgos fueron comentados con los integrantes del llamado “grupo de intercambio de inteligencia Cinco Ojos”, vale decir Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda y que pronto llegaron a EEUU. El gobierno de EEUU aduce tener buenas razones para considerar a Huawei un riesgo para su seguridad. Sin embargo, esta apreciación no satisface al gobierno chino, el cual anunció que “protegerá con determinación” a las empresas del país. En conclusión, lo que ocurre con la mentada empresa china, es una buena muestra de la índole no puramente comercial de la presente disputa entre China y EEUU.

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