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15 de febrero de 2019, 4:00 AM
15 de febrero de 2019, 4:00 AM

Otra vez este tema. E iniciamos con una conclusión: la urbanidad y el respeto a los semejantes están en estado crítico. El ciudadano cruceño es irreverente, abusivo y extremadamente arrogante.

Según el diccionario de la Real Academia Española, la urbanidad es: “Cortesanía, comedimiento, atención y buen modo”. El diccionario de la RAE resume perfectamente en cuatro términos todo lo que nos lleva a tener una mejor convivencia con los demás. Del latín urbanitas (urbanitatis), la urbanidad es una serie de pautas de comportamiento que se deben cumplir y acatar para lograr una mejor relación con las personas con las que convivimos y nos relacionamos.

Por eso nos preguntamos ¿qué es urbanidad? Es saber convivir, saber agradar y saber estar, aderezado con un toque de estilo. Hoy en día la sociedad ha combinado a través del paso del tiempo, pero en ese cambio ha perdido ciertas costumbres y ciertos modales que ayudaban a mantener la armonía entre la gente; y hasta el momento nadie se ha preocupado por recuperar estos modales, se ha perdido hasta el simple hecho de decir gracias, de pedir el favor, de decir buenas tardes o buenas noches, hasta de preguntarle a los demás ¿cómo están? Y eso no puede seguir así, porque sino ¿adónde vamos a parar?; es necesario cultivar la urbanidad y los valores éticos y morales en las personas, en especial en los niños y en los jóvenes, que serán los futuros constructores de una mejor sociedad en la cual todos seremos valorados como personas íntegras y seremos tomados en cuenta; así llegaremos a conseguir el respeto, que es la base de toda sociedad porque los buenos modales y las buenas actitudes son el principio para construir una sociedad en paz y en valores donde todos somos iguales y tenemos derechos y deberes que los otros deben respetar de la misma manera como uno respeta a los demás.

En realidad todos deberíamos de regirnos por un mismo principio y poner en práctica todos los buenos modales que nos abren las puertas hacia el futuro, así podríamos lograr la sociedad ideal formada para hacer el bien a toda la comunidad y enfatizada en la necesidad de rescatar los valores éticos y morales a través de la enseñanza de la urbanidad como alternativa, para garantizar la formación del hombre educado, culto, sencillo, en otras palabras, más sensible a sus semejantes; pero teniendo en cuenta que cada uno es un ser individual, pero al mismo tiempo reflejando una idea concisa de una sociedad armónica, como lo explica la famosísima frase del escritor Joham Wolfang van Goethe que dice: “El comportamiento es un espejo en el que cada uno muestra su verdadera imagen”.

En resumen, Santa Cruz de la Sierra, nuestra casa grande, hoy alberga a un gran grupo de gente que no quiere practicar las mínimas reglas de la urbanidad y no va a ser metiéndolos presos o cobrándoles multas que vamos a superar este entuerto, este pueblo necesita mejorar en su relacionamiento interpersonal en su convivencia, por eso hoy más que nunca todos debemos contribuir, enseñando a nuestros hijos y exigiendo que todos, sin excusa, comencemos a abrazar a esta buena amiga: la urbanidad.

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