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15 de febrero de 2019, 4:00 AM
15 de febrero de 2019, 4:00 AM

¿Quién es el dueño del Lamborghini?, es la pregunta que ha mantenido ocupados a muchos. La conversación pública ha estado en las últimas horas centrada en la foto del superdeportivo que se viralizó por internet, como si fuera un tema de Estado. Y, evidentemente, las diversas conjeturas en las redes sociales sobre la propiedad de este auto premium, que cruzó la frontera por Patacamaya, obligaron a que hasta la Aduana y la UIF salgan a revelar que el vehículo de lujo fue importado por un grupo empresarial. Es posible que la versión resulte insuficiente para disipar las especulaciones sobre la llegada del Lamborghini, que en cualquier país más o menos moderno es un hecho casi irrelevante. Incluso hubo una petición de informe parlamentario para que se aclare el misterio. Una vez levantado el secreto para identificar al importador, no faltará quien quiera saber ahora específicamente quién lo maneja y dónde. Entretanto, como decía durante los 60 Frank Sinatra: “Uno conduce un Ferrari cuando quiere ser alguien y conduce un Lamborghini cuando ya es alguien”.

Y mientras nos distraemos con el Lamborghini, en el Legislativo avanza la polémica ley del SUS. Solo los médicos la resisten, ya que no ven suficientes condiciones para su aplicación. No parecía mala la idea de los galenos de poner otro impuesto a los cigarros y al alcohol para conseguir recursos adicionales para salud, pero que no fue aceptada.

Nació EDRunner, un nuevo producto editorial de EL DEBER, que se publicará cada mes. Era un viejo sueño de la creciente comunidad runner y es una apuesta por la salud y el bienestar. Uno de los objetivos será conseguir que Santa Cruz de la Sierra se convierta en “la ciudad runner de Bolivia”.

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