Opinión

cara a cara

El Deber logo
16 de agosto de 2019, 4:00 AM
16 de agosto de 2019, 4:00 AM

El técnico con más logros del fútbol boliviano y entrenador de la selección nacional fue ayer despedido de su cargo. Los malos resultados y la “falta de credibilidad” de la selección boliviana, según los dirigentes del fútbol nacional, pesaron en la decisión drástica.

Desde el inicio, la relación entre la alta dirigencia y Eduardo Villegas no fue halagadora. Los malos manejos y las relaciones poco claras vuelven a poner en duda la ética de los due- ños de la pelota. Seguimos en caída libre y las soluciones hacia un solvente camino de trabajo están alejadas al nombre de uno u otro entrenador. El triste rol de fusible, en este caso, no disimula el mecanismo obsoleto del manejo del fútbol profesional en el país.

El gobernador de La Paz y candidato a presidente por el Movimiento Tercer Sistema (MTS), Félix Patzi, está en el centro de la tormenta por sus desafortunadas afirmaciones.

Según él, la mujer ha entrado a la actividad política y al hacerlo, “ha separado a la familia; el marido no puede colaborar, porque si va, dicen que es nepotismo”. Y agrega que “el problema de los celos y la borrachera es lo que lleva al feminicidio”.

Con estas célebres reflexiones se desnuda una serie de prejuicios arcaicos y machistas que condenan a la mujer a un rol estrecho y triste. Si Patzi quería que se hable de él, lo consiguió y con creces. Pero tendrá que aguantar otros argumentos más sabios de los que heredó, que bien representan otros siglos cercanos al Medioevo.

Tags