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12 de septiembre de 2019, 4:00 AM
12 de septiembre de 2019, 4:00 AM

 ¡Qué manera de echar leña al fuego en este país! Perdón por la metáfora de mal gusto en estos momentos, pero qué otra cosa se puede decir de la decisión del TSE de poner en marcha los procesos de registro para las elecciones departamentales (mal llamadas subnacionales) cuando nos encontramos en la recta final de las elecciones nacionales.

Pretender que los partidos políticos consoliden alianzas hasta el 30 de septiembre en semejante coyuntura es un despropósito, a menos que las autoridades tengan un propósito que no conocemos.

Nos estamos acercando a unos comicios cargados de muchas tensiones: las repercusiones por el desastre en la Chiquitania, las acciones de los movimientos cívicos, una marcha indígena, las protestas de activistas, además de la ya caldeada campaña electoral. No tiene sentido que a todo esto se le yape una precipitada pugna por gobernaciones y alcaldías. Cuidado que el electorado exprese su hastío en las urnas.

 Los partidos que aparentemente tienen poco respaldo electoral, según las encuestas, son los que se desgañitan presentando propuestas concretas dentro de sus planes de gobierno, aunque algunas sean descabelladas. Como no tienen mucho que perder, por lo menos consiguen notoriedad a través de la polémica.

Lindo fuera que los partidos que supuestamente gozan de un significativo apoyo popular se atrevieran a hacer propuestas puntuales, pero evitan hacerlo para no salirse del marco de lo políticamente correcto. Así que debemos conformarnos con propuestas genéricas.

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