La psicóloga clínica, Lorena Hoyos Zambrano, presenta una ‘carta sobre las necesidades de un niño’ en este espacio dedicado a celebrar el Día del Niño Boliviano.

El Deber logo
10 de abril de 2024, 15:00 PM
10 de abril de 2024, 15:00 PM

Lorena Hoyos Zambrano, es nuestra asesora de Para Ellas en el campo de la Psicología Clínica. Hoy en este espacio dedicado a celebrar el Día del Niño Boliviano, presenta una ‘carta sobre las necesidades de un niño’, desde su mirada infantil, cariñosa, a veces indefensa y ansiosa hacia los padres y profesores.

El niño habla sobre esa urgencia de sentirse aceptado, amado y respetado por las personas que están a cargo de su crianza y aprendizaje hacia la vida. Es un llamado de atención desde esa óptica de orientación que enseña a los mayores a proveer las principales herramientas para formar niños sanos y seguros: amor y atención.

La carta de un niño

Con palabras cariñosas y momentos juntos, aprendo sobre el amor en el mundo. Mi mami y mi papi me ayudan a comprender mi valía como persona al escucharme y prestarme atención.

Mami, papi, ¿me escuchan?

Mi autoestima se ve fuertemente influenciada por la calidad del tiempo que compartimos. De mi autoestima se derivan muchas decisiones importantes en mi vida, como mi futura pareja, mi carrera y mi habilidad para enfrentar situaciones difíciles. Lo más valioso que me pueden brindar es su amor expresado en conversaciones profundas.

¡Solo les pido atención!

Cuando están distraídos o no intervienen ante situaciones de acoso, siento que no tengo defensa en el mundo y me resigno a aceptar el maltrato. Solo les pido que me escuchen, me comprendan sin juzgarme y me permitan ser auténtico. Así podré pedir ayuda cuando esté en peligro, confiando en que nadie me protegerá mejor que ustedes. Al corregirme, les ruego que no descarguen sus frustraciones en mí, ya que esas marcas me acompañarán de por vida.

¡Estoy sufriendo!

Al observar mi interior, pueden llenar mi corazón. Cuando no escuchan lo que siento, hay un vacío que intento llenar con malas conductas, lo que dificulta mi concentración y aumenta mi ansiedad, una carga que puedo arrastrar cuando sea grande.

¡Necesito a mi papi y mi mami!

Cada día pido a Dios me muestres tu corazón protector hacia mis emociones. Tu apoyo me hace sentir que estoy seguro cuando enfrento problemas. No me siento solo, hay alguien que se preocupa por mí. Agradezco a Dios por haberlos puesto en mi camino, él los eligió para mí, son mis superhéroes, los amo mucho.