Emprendedora. La dama paceña migró en busca del sueño americano y lo consiguió. Es un referente de coraje y trabajo entre la comunidad boliviana que reside en ese país 

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20 de junio de 2018, 4:00 AM
20 de junio de 2018, 4:00 AM

Eleonor Roosevelt, escritora, política de Estados Unidos, decía: “El futuro pertenece a las personas que creen en lo hermoso de sus sueños”. Un excelente mensaje de la primera dama de USA, una mujer visionaria que enseñó que todas las mujeres tenemos que seguir nuestros sueños; y es lo que hizo Magaly Sarmiento de Dupleich, una boliviana con anhelos y metas que hizo realidad en la tierra de la señora Roosevelt.   

Para seguir los pasos de ella contamos con el apoyo de otra dama que reside en ese país, la cruceña Cora Rivero de Jackson, que ha contribuido desde la ciudad Mission Viejo, en el condado de Orange, California, para que nuestro espacio Bolivianas por el mundo, tenga esta inspiradora historia de superación.

Ambas damas se conocieron hace más de 30 años, en el primer restaurante boliviano que se inauguró en Tustin, California. Desde entonces entablaron una amistad que se ha reforzado en diferentes circunstancias, cumpleaños, primeras comuniones de las hijas, matrimonios, alegrías, triunfos y tristezas compartidas.

Magaly es el cimiento de su familia y lo fue también de la comunidad boliviana, en el sur de California, por la década de los 80. Junto a su esposo Guillermo Dupleich y sus hijas, fundó el grupo folclórico Fraternidad Diablada Boliviana, para mostrar la cultura y el folclore de nuestro país en Estados Unidos; al mismo tiempo luchaba por lograr sus propias metas con mucho empeño.

Su gran pasión por la cocina la llevó a escribir el primer libro de cocina boliviana en inglés y español, que tuvo mucho éxito en el país que adoptó como suyo e igualmente la acogió. Sobre esa faceta y otras, nos cuenta.

 Su libro es Sabor Andino, comida boliviana ¿cómo hizo realidad ese proyecto?
Es un libro de cocina en español e inglés que lo escribí pensando en mis hijas y en la juventud que crece fuera de nuestro país. Creo firmemente que nuestra cocina es riquísima y muy variada y debemos pasar esta tradición a las futuras generaciones. 

Me siento muy feliz de haberlo hecho, pues tuvo una excelente acogida por las personas que están creciendo fuera de Bolivia. Ahora estoy trabajando en la segunda edición aumentada con recetas del grano de oro, la quinua.

¿Se considera exitosa?
De ninguna manera, solo soy una mujer con mucha suerte y muy bendecida de haber encontrado a Dios en este caminar.

¿Cuál cree que es el papel que desempeña la mujer en el éxito del hogar?
La mujer es el corazón del hogar y tenemos un papel muy importante en la creación, formación y mantenimiento de valores de los que integran el hogar. 

¿Qué la motivó a radicar en USA?    
En 1970 estuve por primera vez en Estados Unidos visitando a mi hermano, me gustó mucho y siempre tuve deseos de volver. Ese sueño se hizo realidad 10 años más tarde cuando ya estaba casada y con dos hijas. Decidimos migrar a este gran país que ahora llamo mi casa, en busca del sueño americano. Y creo que lo hemos logrado con mucho trabajo, sacrificio, empeño y tesón, pero siempre juntos.

¿Sus viajes por el mundo han modificado su percepción de las oportunidades de las mujeres en diferentes ámbitos? 
Me encanta viajar y conocer culturas diferentes y veo que en la actualidad el desarrollo tecnológico y social permite a las mujeres alternar en diferentes roles y hacerlo muy bien. Es profesional, madre, empresaria, a veces activista y  política. Las mujeres triunfamos si luchamos por ello. 

 ¿La mujer boliviana tiene más o menos oportunidades de éxito en el exterior?
La mujer boliviana se caracteriza por ser inteligente, luchadora y emprendedora. Puede ser exitosa donde se lo proponga, pero considero que fuera de Bolivia tenemos más oportunidades para tomar desafíos y lograr el éxito que uno busca. 

 ¿De qué forma cree que la mujer manifiesta su liderazgo en el hogar y la sociedad?
Las mujeres somos inteligentes y modestas, por eso a veces preferimos escuchar y callar ante la frase aquella que dice que detrás de un buen hogar o un hombre exitoso hay una gran mujer. Si muchas veces somos las responsables de ese éxito, no debemos permanecer en silencio.

¿Cómo la acompaña su esposo en sus emprendimientos?
Todo lo que he logrado en mi vida, no lo hice sola, mi esposo Guillermo Dupleich y yo hacemos una combinación perfecta para enfrentar los desafíos en los negocios, unas veces con desaciertos, pero con la bendición de Dios con más aciertos. 

En el tiempo en que mi esposo tuvo problemas de salud, fue la etapa más difícil de mi vida, porque a una persona que nunca se quejó de dolor o malestar alguno, de un día a otro le diagnostican cáncer en el cerebro; por fortuna ya conocía a Dios y lo primero que pensé fue recurrir a Él, y me ayudó a conservar la calma, entonces le pedí a la autoridad divina con todo mi ser y corazón su ayuda. Obró un milagro en mi esposo y aquí estamos 10 años más tarde gozando y disfrutando de su compañía. Por otro lado, alternamos la medicina tradicional con la convencional, por supuesto con permiso de su oncólogo, pero quien hizo que se mejore fue el Padre supremo.

¿Cuáles son los planes de Magaly Sarmiento de Dupleich en adelante?
La mujer que nació en Quime, una población ubicada en la provincia Inquisivi del departamento de La Paz, estudió en esa ciudad y en Oruro, se graduó en secretariado y contabilidad del Instituto Oblato de la tierra de Sebastián Pagador. Se casó en la sede de Gobierno en 1974 con Guillermo Dupleich, con quien lleva felices 43 años de matrimonio. Que en 1980, migró a USA con dos hijas y tuvo a la tercera en esta tierra, se siente realizada con el clan Dupleich Sarmiento que se completa con 12 nietos. 

Los sueños no se han cumplido todos, seguimos trabajando, por ello nuestra vida, desde hace 18 años, transcurre entre Villa Pak y San Diego, dos ciudades americanas donde tenemos nuestros emprendimientos

¿Qué consejos puede dar a otras mujeres para que sigan su camino?
Buena suerte, confíen en Dios y  sigan adelante con fe y perseverancia.