Al nerviosismo que impera en el mercado financiero argentino desde las elecciones primarias del 11 de agosto se sumó la advertencia del ganador de los comicios, el candidato Alberto Fernández, de que el país se encuentra en “default selectivo”

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31 de agosto de 2019, 11:55 AM
31 de agosto de 2019, 11:55 AM

La del 2001 no fue una Navidad cualquiera para los argentinos. La noche anterior al 24 de diciembre, el entonces presidente interino, Adolfo Rodríguez, anunciaba la inminente suspensión del pago de la deuda externa. En otras palabras, el país suramericano entró en el default más grande de su historia, por 102.000 millones de dólares.

Luego de un traspiés similar en 2014 (aunque de menor magnitud), muchos temen que la historia se repita: que el Gobierno de Argentina cese el pago de sus deudas y siga empeorando la ya bastante golpeada economía.

Tras asegurar el viernes 30 de agosto que el país entró en un "default virtual", el candidato opositor a la Presidencia, Alberto Fernández, dijo estar experimentando un “déjà vu” de esa grave crisis económica, política y social de 2001 y culpó al Gobierno de Mauricio Macri y al Fondo Monetario Internacional (FMI).

"Ahora no hay nadie tomando deuda argentina ni nadie que pueda pagarla. Argentina está en default virtual, encubierto", dijo Fernández, del peronista Frente de Todos, en una entrevista con The Wall Street Journal (WSJ).

Una mala calificación despertó el nerviosismo de los mercados

Quien en realidad encendió las alarmas, fue la calificadora de riesgo Standard & Poor’s, que el jueves 29 de agosto bajó la nota de la deuda de Argentina a "default selectivo" un día después de que el Ejecutivo anunciara medidas para alargar los plazos de pago de la deuda del país.

"Las mayores vulnerabilidades del perfil crediticio de Argentina provienen del entorno financiero, que se deteriora rápidamente, la falta de confianza en los mercados financieros sobre las iniciativas políticas bajo la próxima administración (las elecciones no son hasta octubre) y la incapacidad del Tesoro de tramitar deuda a corto plazo con el sector privado", argumentó la firma en un comunicado.

El Gobierno de Mauricio Macri respondió pidiendo “responsabilidad” y “prudencia”.

Tras el default de 2001, Argentina estuvo en cese de pagos hasta las fuertes reestructuraciones de 2005 y 2010, pero la relación solo se normalizó en 2016, con un acuerdo definitivo con los acreedores que hasta entonces litigaban contra el país en tribunales internacionales.

A marzo pasado, la deuda total de Argentina era de 275.828 millones de dólares. En 2001 era de 132.000 millones de dólares.

Tres semanas oscuras en los mercados

La historia reciente de la crisis económica en Argentina se divide en dos: antes y después de las elecciones primarias del 11 de agosto, en las que Alberto Fernández se convirtió en el favorito para ganar los comicios del 27 de octubre, por encima del conservador Mauricio Macri, quien busca la reelección.

El resultado estremeció al mercado financiero: en apenas tres semanas, Argentina ha perdido algo más de 10.000 millones de dólares de reservas, que rondan los 56.000 millones de dólares, lo que en parte se explica por las divisas liberadas por el Banco Central para tratar de estabilizar el tipo de cambio.

Pero no fue lo único: el peso argentino ha sufrido una fuerte devaluación cercana al 22 por ciento, el mercado bursátil nacional se ha resentido profundamente y el riesgo país está disparado a su cifra más alta desde 2005.

También, desde ese día, las protestas ciudadanas se han vuelto la constante.

Con EFE y Reuters

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