Navidad: Familias celebran el amor y el reencuentro
No han puesto muchas luces navideñas, pero mantienen encendida la llama de la unión familiar y ya están preparando la celebración de la Nochebuena
La luz de la unidad iluminará el hogar de familias que se preparan para la Navidad. Elizabeth Alpiri Gutiérrez ya habló con sus seis hermanos para reunirse en Nochebuena. Calculan que tendrán que colocar 34 espacios en la mesa, porque decidieron compartir en familia y todos llegan cargados de buenos deseos de paz y amor. “Ya hemos acordado que vamos a pasar la Navidad todos juntos”, dijo.
Aún no han pensado en el menú, porque saben que lo importante es confraternizar, aunque por lo general acostumbran a preparar chancho. “Los niños esperan ansiosos, se ponen a jugar entre todos. Siempre hemos pasado juntos”, manifiesta, al señalar que las luces y el brillo navideño lo colocan para Nochebuena, porque sus hermanos también llegan con algunos arreglos para que el ambiente sea especial.
Ella vive en la comunidad Jorori, donde por ahora escasea el brillo de las luces, pero los niños esperan ansiosos que algunas personas de buen corazón lleguen cargados con algunos presentes o algo de merienda para compartir.
Elizabeth Alpiri Gutiérrez, junto a sus hijos y sobrinos, esperan con entusiasmo la Nochebuena
La familia Cuéllar también está organizando una cena para 30 personas, porque, a pesar de que los precios de los productos y la carne “están por las nubes”, no faltará la comida para compartir, porque entre todos se dan modos para cocinar.
Maira trabaja limpiando casas y, aunque la crisis obliga a ajustar gastos, guardará algo de su presupuesto para pasar la Nochebuena en familia.
Sus ojos se llenan de lágrimas al pensar en los regalos para los niños, porque no sabe si este año habrá alguno. Sin embargo, su rostro cambia y se llena de una gran sonrisa cuando habla del momento en que la familia se reúne para compartir una cena especial.
“No siempre hay regalos ni luces, pero lo importante de la Navidad es la unión familiar y la esperanza que renace en nuestros hogares”, dice Maira, madre de tres niños, quien pasará la Nochebuena en casa junto a sus hermanos y demás familiares.
En su hogar, donde conviven 24 personas, todos pondrán su aporte para preparar un lechón y disfrutar juntos de la cena navideña.
Cada año acostumbran a reunirse la noche de 24 de diciembre. Como familia, disfrutan viendo a los niños jugar en el patio y compartiendo momentos con los vecinos que se acercan a saludar y a compartir algo para servirse.
Bajo la sombra de frondosos árboles y acompañada del canto de las chicharras, Justa Cabrera, capitana grande de Jorori, planea junto a su esposo qué harán para la Navidad. Como líder de su comunidad no solo piensa en su familia, sino en todas las familias guaraníes que habitan este espacio, en los límites de la zona urbana de la ciudad.
Como ya es tradición, doña Justa se encarga del agasajo a los niños de la comunidad. Este año, tiene previsto preparar chocolate con buñuelos para los cerca de 150 pequeños que se reunirán la mañana del 25 de diciembre en la sede comunitaria para celebrar la Navidad. Asegura que ella misma prepara los alimentos con sus propios recursos, aunque también cuenta con el apoyo de los comunarios, quienes contribuyen con aportes o ayudan en la organización.
Doña Justa espera que instituciones y personas de buen corazón se sumen al festejo donando juguetes, para que cada niño reciba un presente en esta fecha especial.
Justa Cabrera, líder de la comunidad Jorori, muestra el arete que será adornado como árbol navideño
En la comunidad, donde predominan las familias numerosas, el verdadero espíritu navideño se encuentra en la unión y en el compartir. Fiel a las tradiciones, en la casa de doña Justa el árbol de Navidad será natural y nativo: un arete (que significa fiesta). Este árbol es emblemático para los guaraníes, porque florece para Carnaval, la fiesta grande del pueblo guaraní. El arete que da sombra a su patio será adornado para poner el ambiente navideño.
Doña Justa, madre de cuatro hijos y abuela de seis nietos, asegura que “todos en la comunidad son familia”, ya que también allí viven sobrinos y otros familiares cercanos. Para ella, la Navidad no solo une a los hogares, sino a toda la comunidad guaraní en una celebración de amor y solidaridad.
En la casa de Lidia Fernández, las luces navideñas ya iluminan las noches, atrayendo a familias y niños que se detienen a admirar los arreglos. Junto a su hija Deisy, dedicaron el pasado domingo a colocar foquitos y otros adornos que llenan de brillo y calidez su hogar. “Los niños son los más contentos con las luces”, comenta Deisy.
Frente a esa luminosa decoración, la familia planea celebrar la Navidad. Tienen previsto reunirse 24 personas para compartir una cena y, como parte de la tradición, intercambiar regalos en un juego de amigo secreto que están organizando con entusiasmo. Deisy ya ha conversado con sus seis hermanos sobre cómo harán la celebración.
El mensaje de la Iglesia
La Iglesia instó a los católicos a prepararse para la celebración del nacimiento del niño Dios con esperanza y reconciliación. El arzobispo de Santa Cruz, monseñor René Leigue, dijo que el verdadero sentido de la Navidad no está en lo material, sino la unión familiar y en la renovación espiritual.
“A veces solo le damos espacio (a Dios) en el arbolito y luego lo olvidamos. Este tiempo nos invita a prepararnos en familia y tenerla unida. Todo esto nos llama a dejar de lado lo material”, expresó monseñor Leigue, destacando que el Adviento es una oportunidad única para fortalecer los lazos familiares y abrir el corazón al prójimo.
Monseñor Leigue hizo un llamado especial a las familias bolivianas, instándolas a dejar a un lado los rencores y distanciamientos. “De nada sirve prepararse para la Navidad si en una familia persisten los rencores entre hermanos o entre hijos y padres. Aunque la familia se reúna en Nochebuena, si no hay reconciliación, no se podrá experimentar la verdadera alegría de la celebración”, afirmó.
Según el arzobispo, la verdadera preparación para la Navidad debe ir más allá de los adornos y las compras. Requiere un compromiso genuino con la paz, el amor y la unidad familiar. “Dios no puede estar donde hay mal; Él se aleja del mal”, recordó a los fieles.
Hay que irradiar esperanza
El papa Francisco manifiesta que los cristianos no pueden contentarse con tener esperanza, sino que también deben irradiarla.
Reflexiona que las “contrariedades de la vida pueden llegar a pesarnos como rocas, empujarnos al desánimo e inducirnos a encerrarnos en nosotros mismos”.
Resalta que “Jesús nos invita a levantar la cabeza, a confiar en su amor que nos quiere salvar y que se hace cercano en cada situación de nuestra existencia”.
“Que este tiempo de Adviento sea una ocasión preciosa para levantar la mirada hacia Él, que aligera el corazón y nos sostiene en el camino”, subraya el papa Francisco.