Un ministro, un empresario, un abogado y una sicóloga coinciden en que la iniciativa de privados sustituyó la falta de visión estratégica del sistema político de Santa Cruz

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23 de septiembre de 2018, 7:30 AM
23 de septiembre de 2018, 7:30 AM

¿Cómo estará Santa Cruz, económicamente, en la próxima década?, fue una de las preguntas que se planteó en el foro organizado por EL DEBER. Los invitados proyectaron a la región como la principal potencia económica del país, con una infraestructura portuaria operando hacia el Atlántico, un aeropuerto recibiendo a 10 millones de pasajeros por año. Además, como el primer generador de energía eléctrica y de hidrocarburos. Pero, esta promisoria visión, según los invitados, choca con un factor: la falta de plan de desarrollo económico de los municipios y de la Gobernación.

En el foro, los invitados dieron un diagnóstico de la coyuntura económica y política. Luego lanzaron propuestas y visualizaron al departamento en la próxima década, interactuaron entre ellos planteándose interrogantes sobre la realidad cruceña.

Oswaldo Barriga, presidente de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz (Cadex); Gustavo Pedraza, exministro de Desarrollo Sostenible; Isabella Prado, sicóloga social, y Carlos Romero, actual ministro de Gobierno, coincidieron en que la economía cruceña es dinámica, al punto de que hay empresas cruceñas que invierten fuera del país.

En su diagnóstico, Barriga valoró los primeros lugares en las variables económicas de la región oriental. Este factor hizo que aterrice inversión extranjera con la presencia de varias marcas internacionales.

Planteó que en la próxima década, la hidroeléctrica Rositas estará operando y generando 500 megavatios (MW).

“Tendremos a Puerto Busch sacando de tres a cinco millones de toneladas de productos por el Atlántico”, agregó.

Empero, observó que no hay planes de desarrollo local, a escala municipal, que acompañen las iniciativas privadas, y se vinculen con otros sectores como el de servicios de saneamiento y el ámbito social.

Planteó una pregunta a Gustaba Pedraza, exministro de Desarrollo Sostenible. La interrogante fue si una mejor división política municipal en la región metropolitana permitiría frenar la migración interna y estimularía el desarrollo local.

La respuesta de la exautoridadfue que ese es el desafío, pero observó que no se ve un nivel de coordinación para que esto se concrete.

“No veo ningún plan, no escucho mención del desarrollo económico en función del ritmo de crecimiento que está teniendo la metrópoli y, sin duda, que esto es fundamental”, afirmó Pedraza.

Una muestra de la falta de planificación, según la exautoridad, es que hay cerca de 190.000 hectáreas en la región metropolitana (los municipios que concentran la mayor población del departamento) que no están siendo aprovechadas.

Luego, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, agregó que Santa Cruz debe ser el núcleo económico del país, pero también cuestionó la inexistencia de coordinación municipal y departamental para elaborar un plan de desarrollo económico local que acompañe al sector privado.

“El empresariado cruceño es de vanguardia nacional y sustituye la falta de visión estratégica del sistema político local”, afirmó.

Coincidió con Barriga en la falta de un plan edil, pero observó que el nivel departamental tampoco lo tiene y que no existe coordinación con el nivel central. Incluso en el debate pidió una opinión del exministro Pedraza.

La exautoridad fue tajante: “Yo no veo ni en el nivel departamental, con una visión de conducción, ni en el municipal y urgen eso”.

Coincidió en que el sector privado tiene más protagonismo que el sector público. “Solo ponen el sello, no condicionan, no planifican y no establecen cuál es el futuro, hay un vacío”, afirmó.

Luego Romero admitió que no se logró la “coordinación programática estratégica” con la Gobernación de Santa Cruz, y no en los municipios, con los que se tiene más de 600 proyectos. Tras el foro, se llamó al asesor general del gobierno departamental, José Luis Parada, quie nnegó falta de coordinación, así como la inexistencia de un plan de desarrollo.

“Hay un plan de desarrollo cruceño desde 2007. En ese está Rositas y Mutún, esos megaproyectos, que no son del Gobierno, existían hace 50 años”, matizó.

Explicó que en toda la gestión de Costas se canalizó una inversión de $us 4.000 millones, que fueron destinados, en su mayoría a las provincias y municipios, en la ampliación de servicios de agua potable y electricidad.

“Lo que pasa es que no se informan. Todos esos recursos fueron a los municipios”, matizó.

Explicó que conjuntamente con el Gobierno se canalizaron $us 2.000 millones para carreteras. De estos, $us 350 millones corresponden a contrapartes de la Gobernación. “Si no hubiera coordinación, no se apalancaría esta inversión”, afirmó Parada.

Rodolfo Vallejos, presidente de la Asociación de Municipios de Santa Cruz (Amdecruz), admitió que existe una falta de coordinación entre sus afiliados. En su descargo, sostuvo que las comunas priorizaron sus necesidades internas y que cuentan con pocos recursos. Cuestionó la gestión de la Gobernación.

Ajustes y desconfianza

El foro abordó el modelo económico cruceño.

Para el presidente de la Cadex, Oswaldo Barriga, el mismo alcanzó su madurez, pero debe ajustarse y abrirse a nuevos sectores y actores, para ampliar la influencia fuera del país.

La relación entre el empresariado y el Gobierno no pudo quedar fuera de este foro.

El representante de los exportadores señaló que el empresario está para generar empleo e inversión “y es su obligación tener una relación con el Estado”. Sin embargo, admitió que existe desconfianza por parte de su sector, aunque recalcó que debe superarse.

Según Romero, hubo avances que ayudaron a mitigar la desconfianza. Hizo alusión a varios acuerdos, como la liberación parcial de las exportaciones, y “medidas audaces”, como la elaboración de una agenda que incluye biocombustibles, “que hace tres años era imposible debatirlos”.

Pero el avance de esta agenda, según Romero, quedó interrumpida por las movilizaciones cívicas regionales y clase política, “que amedrenta al empresario”.

Dejar de crecer sin brújula es el desafío que se planteó.