Con la condena impuesta, la solicitud de extradición oficializada por Brasil solo puede ser activada una vez pasen los seis años a los que aceptó someterse Montenegro

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25 de julio de 2019, 4:00 AM
25 de julio de 2019, 4:00 AM

La condena de seis años que le fue impuesta ayer a Pedro Montenegro Paz en la audiencia donde la jueza Marianela Salazar validó el acuerdo al que el imputado llegó con el Ministerio Público, puede quedar solo en la letra muerta de un papel judicial considerando los beneficios penitenciarios a los que puede aspirar él, como uno más de los reos del penal de Palmasola.

Montenegro, que se declaró culpable por los delitos de falsedad ideológica y uso de instrumento falsificado, aceptó ser sentenciado a la pena máxima tipificada en el delito por el que lo acusaron, luego de que la Policía descubrió que él usaba la identidad falsa de Pedro Hoffman Sainz para moverse sin problemas por el país y en el exterior, sabiendo que era requerido por la justicia de Brasil, donde es sindicado de ser el proveedor de droga de un grupo de narcos que tenían nexos con la mafia italiana de la ‘Ndrangheta.

Aquí, además de la confirmación de que cambió su identidad, también se lo investiga por los delitos de legitimación de ganancias ilícitas y tráfico de sustancias controladas, basados en los cuantiosos bienes que indican eran de su propiedad y por los presuntos nexos que tendría con narcotraficantes colombianos, que son identificados como capos de este ilícito negocio.

Tres salidas posibles

Con los seis años de condena que desde ayer tiene Pedro Montenegro, el supuesto lugarteniente del capo narco colombiano Enrique Villarreal Quintero, prófugo de la justicia, se le abren tres posibilidades para adelantar su salida del reclusorio, donde guarda detención preventiva desde mediados de mayo de este año, ya que puede acogerse a la libertad condicional, a la salida extramuro o a la redención.

De acuerdo con la Ley de Ejecución Penal y Supervisión, Montenegro puede solicitar el beneficio extramuro, que consiste en dejar el penal durante el día para trabajar o estudiar, debiendo volver a la cárcel por las noches. Uno de los requisitos es haber cumplido la mitad de su condena, es decir tres años.

Para lograr la libertad condicional, que consiste en dejar la cárcel para cumplir el resto de una condena fuera del reclusorio, debe cumplir dos terceras partes de los 6 años, es decir 4.

Finalmente, por la redención Montenegro puede convertir en dos cada día que pase en el penal trabajando o estudiando. Así, en la mitad del tiempo previsto, el preso puede optar por acogerse a cualquier beneficio que las leyes le permitan.