Los médicos determinaron que la menor tiene un traumatismo cráneo encefálico, hematomas, contusiones y maltrato infantil

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25 de febrero de 2019, 22:33 PM
25 de febrero de 2019, 22:33 PM

La jueza cautelar de La Guardia, Fátima Rivera, ordenó la detención preventiva en la cárcel de Palmasola de Nicolás Canasa y de su esposa Benedicta Zúñiga Ramírez. Son acusados de dar una golpiza a su hija de tres años, que está postrada en una cama de la sala de cuidados intensivos del Hospital de Niños Mario Ortiz, con cien días de incapacidad y en estado de coma inducido.

La audiencia comenzó a las 11:30 y concluyó pasadas las 14:00, en medio de familiares que defendían a los padres y argumentaban su inocencia, como lo hicieron los sindicados que aseguran no haber flagelado a la pequeña.

Sin embargo, todo cambió cuando el fiscal, Saúl Rosales León, fundamentó su pedido de cárcel preventiva para los procesados. Relató que las pesquisas se iniciaron el sábado, cuando recibió un llamado del hospital de Niños sobre la presencia de una niña de tres años en estado crítico.

Varias prendas de la menor están machadas de sangre. 

De forma inmediata se desplazó personal de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv), de la Fiscalía y de la Defensoría de la Niñez hasta el nosocomio, donde se evidenció que la menor había sido sometida a una brutal paliza y que en el mismo hospital se detuvo a la pareja.

“Imploramos a Dios que esta niña salve su vida, porque esto es muy doloroso. Fue golpeada sin piedad”, argumentó el fiscal Rosales, mientras entregaba a la juzgadora las evidencias colectadas en la casa de los padres, sobre el kilómetro 9 de la doble vía a La Guardia, en inmediaciones de una empresa aceitera.

El médico de terapia intensiva del hospital de Niños, Fernando Ortiz, manifestó que la niña está en coma inducido, que el proceso de recuperación es muy lento y advirtió que las lesiones pueden dejar secuelas, pero que ahora solo se piensa en salvarle la vida.

La menor fue aparentemente castigada con el palo de una escoba.

 

Peluche, colchita y ropa

Como parte de su argumentación, Rosales mostró el peluche de la niña, su ropa y la cobija con la que se cubría por las noches, todas impregnadas con sangre.

“Esto es lo que más duele, mire señora jueza”, indicaba Rosales a tiempo de entregarle una bolsa plástica, con cinco pedazos de palo de escoba quebrados en el cuerpo de la niña.

Con estos argumentos, donde se evidencia los indicios de culpabilidad de los detenidos, el fiscal pidió la reclusión de ambos.

Los padres en sus declaraciones tendieron una coartada. Culparon del hecho a un sobrino de 11 años y al hijo de la esposa, que vive con ellos, de 9 años.

Los padres fueron enviados a Palmasola.

Sin embargo, los niños en la entrevista sicológica ante la Defensoría de la Niñez, demostraron consternación, miedo, intimidación y dolor profundo por lo que le pasó con la niña, negando toda posibilidad su autoría.

El menor de 11 años dijo que la niña solo dormía con sus padres. La sicóloga en su conclusión, afirma que es casi imposible que los niños asesten tan dura golpiza porque no tienen odio, no sienten rencor y tampoco la suficiente fuerza física para quebrar un palo de escoba en el cuerpo de una niña. Además, indica la sicóloga que los entrevistó, que muestran un grado de consternación y sienten dolor por haber visto a la niña al borde de la muerte.

La pericia forense fue clave

La forense Daniela Flores Santos, que revisó a la niña, concluyó que la pequeña tiene un traumatismo cráneo encefálico, hematomas, contusiones y maltrato infantil, además de determinar 100 días de incapacidad médica.

La forense evidenció lesiones gravísimas en el cuerpo de la niña, causadas de 1 a 4 días. Esto echó por tierra la afirmación del padre, que se declaró inocente y afirmó que el sábado, cuando llegó de su trabajo, encontró a su hija en mal estado de salud y la llevó a un centro médico.