Encontramos historias de menores descubiertos por la Policía liderando bandas delictivas, pero que viven una realidad marcada por el abandono de sus padres y por la disgregación familiar. Hay expertos en robo de motocicletas y de vehículos 

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14 de mayo de 2018, 11:00 AM
14 de mayo de 2018, 11:00 AM

Un adolescente, de 17 años, experto en el encendido sin llaves de las motocicletas, hizo de esa ‘habilidad ilícita’ la principal arma para ‘tejer’ su modo de vida.  Operaba en San Ignacio de Velasco y vendía las motos robadas en poblaciones como San Javier,  San Julián, San Ramón y Concepción. “Atendimos este caso y los mismos policías quedaron admirados por la destreza del muchacho”, dijo un investigador policial. 

Robaba hasta cuatro motos al día y su destreza para hacerlas funcionar, de la manera más rápida, le permitía ‘levantarlas’ en un minuto y nadie se daba cuenta porque simulaba ser el dueño cuando estaban estacionadas en la calle. 

Operaba por las noches”, explicó el fiscal Saúl Rosales, haciendo referencia a la declaración que dio el muchacho el día en que fue detenido, a principios de este año en San Ignacio de Velasco, luego de haber sido localizado en posesión de una de las motocicletas robadas. 

Tras las pesquisas se estableció que en esa región robó al menos 20 motocicletas y que era el cabecilla de una banda delictiva. Luego de robarlas, sus cómplices lo ayudaban a trasladarlas a otros lugares, donde podían comercializarlas. El muchacho reveló que vivió sin su padre y que su madre lo ayudó en lo que pudo, pero nunca escuchó sus consejos. 

“Su mamá le suplicaba que deje de involucrarse en actos delictivos, pero fue inútil. En realidad el menor se rebeló por la vida que tenía”, dijo un agente asignado a su caso, que terminó con su detención en el Centro Vida Nueva Santa Cruz (Cenvicruz), donde ahora cumple condena.

Desvalijó a su patrón
Otra historia es la de Damián, que hace dos años, cuando tenía 17, fue detenido por liderar una gavilla de ladrones de motos en la capital cruceña. Su madre vive en El Torno y su papá, en Mairana. Fue detenido por la Policía debido a sus múltiples robos, un juez de la Niñez y Adolescencia lo envió a Cenvicruz, donde cuatro meses después salió libre, gracias a un perdón judicial. 

Luego de esto su vida transcurrió entre idas y venidas, algunos días donde su madre y otros donde su padre hasta que halló trabajo en Samaipata, en la quinta de un ciudadano alemán. 

Allí se ganó la confianza del hombre y se encargó de la jardinería, hasta que conoció todos los movimientos de su patrón. La semana pasada el extranjero viajó y lo dejó como encargado del lugar y de todos sus bienes. 

Damián vio en ese momento la oportunidad y llamó a otros dos sujetos, ambos mayores de edad, y con ellos cargó el minibús con televisores, electrodomésticos y otros objetos de valor y partió hacia la ciudad. Pasó todos los controles policiales sin que nadie sospechara nada.

Después, el vehículo fue llevado hasta un lote baldío por la radial 17 ½, donde se quedó hasta que los vecinos vieron algo raro en el rodado cargado y llamaron a la Policía. 

Los agentes se percataron de que se trató de un robo planificado al extranjero, que vive en Samaipata. Tras las pesquisas, se detuvo a los dos cómplices y posteriormente a Damián.

Como estaba al filo de los 19 años, el fiscal Gustavo Bohorquez, luego de revisar sus antecedentes, pidió su detención y un juez lo envió a Palmasola donde ingresó por primera vez hace dos días, luego de un largo historial delictivo en su adolescencia. 

Desde las montañas del valle
“Tiene 17 años y siempre vivió en Cochabamba, junto con sus padres, en una precaria casa en la zona de Villa Granado, en las faldas de los cerros donde hay casas muy humildes y lamentablemente muchas pandillas juveniles”, dijo un agente de Diprove. 

Fue en ese escenario de necesidades constantes donde comenzó su carrera delictiva y hace una semana, cuando llegó a visitar a un amigo en la ciudad, consiguió conformar, junto con otros dos muchachos, uno de ellos recién llegado de España, un grupo delictivo que robó una motocicleta de la puerta de un condominio y luego la vendieron.

Conocido el hecho, la Policía capturó a los dos cómplices. Al de mayor edad y que había llegado del Viejo Mundo lo mandó a la cárcel, mientras que él recibió medidas socioeducativas, por lo que los investigadores que conocieron su caso le recomendaron retornar a su seno familiar en Cochabamba para que pueda alejarse de la vida delictiva que comenzó en la ciudad.