Estiman que hay 500 familias afectadas y 50 damnificadas a raíz de la última precipitación. Personal municipal realiza la limpieza de las quebradas y colocará gaviones para estabilizar las orillas, evitando así que se produzcan más percances

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3 de enero de 2019, 5:00 AM
3 de enero de 2019, 5:00 AM

Roxana Peña Burgos (50) está desconsolada porque un alar construido dentro de su lote de 1.810 metros cuadrados está a punto de ser absorbido por el lecho de la quebrada El Lavandero, en pleno centro de La Guardia.

En la edificación, de cuatro habitaciones, residía una persona que sufre de discapacidad, así como una pareja con un bebé y, los fines de semana, el hermano de la dueña y sus tres hijos. Nadie salió lesionado porque lograron ponerse a buen recaudo, pese a la copiosa lluvia que caía al amanecer del lunes, la que aumentó el caudal de agua de la quebrada.

“Desde 2014 he enviado una serie de cartas pidiendo a la comuna que coloque defensivos en la orilla de mi lote, porque en la de enfrente está con gaviones, los que protegen una cancha de básquet. Como ese año cambiaron varios alcaldes, al final nadie me dio solución, por ello hemos llegado a esta desgracia”, dijo la mujer, la cual heredó el predio de sus abuelos, Miguel Burgos y Máxima Algarañaz, los que habían plantado mangos, uno de ellos se vino abajo.

La persona que perdió más fue Juan Velarde, pues sufre de discapacidad y era ayudado por la municipalidad para pagar el cuarto donde vivía. Por la lluvia perdió sus zapatos, y al ser evacuado a otra casa más lejana no tiene el vínculo social que había formado con la dueña de casa.

“Está en el barrio 3 de Mayo, el cual es más seguro, pero se siente aislado y está triste por lo que sucedió. Estoy ayudando a trasladar sus cosas”, indicó su hermano Pedro Velarde.

Aunque ha pasado la lluvia, el peligro no ha cesado en la zona, pues está muy húmeda y puede seguir carcomiendo el piso hasta alcanzar la vivienda donde Roxana Peña vive con su esposo, sus dos hijas y su nieto, y ahora sus tres sobrinos.

“Personal de la Alcaldía ha precintado el terreno, pero han aparecido unas partiduras en la tierra y temo por la seguridad de mi familia. Espero tener ayuda de las autoridades”, acotó Peña.

Sin embargo, una cuadrilla de obreros del municipio tejía ayer unas mallas donde colocarán las piedras que formarán los gaviones con los que darán estabilidad a la orilla.

La secretaria de Planificación y Medioambiente de La Guardia, Viviana Mariscal, explicó que están evaluando la ayuda que le darán a Roxana Peña, pero por lo pronto deben esperar que mejore el tiempo y que seque el terreno.

Más daños

Sobre la misma quebrada El Lavandero hay tres puentes antes de desembocar en el río Piraí. En el segundo viaducto, la vivienda de Jaime Arispe y Celia Vásquez está en riesgo, pues en el terreno se han abierto dos grietas, poniendo en peligro a esta familia de cuatro miembros que no ha reportado el daño a la comuna.

Asimismo, dos puentes sobre la antigua carretera al interior tienen serios daños en sus pilastras. Uno es el de la quebrada El Lavandero y el otro en Quebrada Seca, una comunidad a pocos kilómetros de La Guardia.

“Es responsabilidad de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) hacer las reparaciones de los puentes y de los defensivos a 100 metros a cada lado”, señaló Mariscal.

Evaluación

A raíz del último temporal, el Comité de Emergencia fue activado en La Guardia, donde se han evaluado los daños sufridos y se han conformado las cuadrillas que prestarán ayuda a los vecinos en caso de más percances.

“Hemos contado 50 familias damnificadas y otras 500 familias afectadas. El Comité de Emergencia está viendo el tipo de ayuda, consistente en vituallas y atención de su salud con las brigadas médicas, así como los posibles sitios de evacuación”, adelantó Mariscal.

Una de las tareas de prevención que realiza el municipio es la limpieza de los cauces de agua, pues pese a las campañas de aseo que se vienen dando, los vecinos siguen echando sus desperdicios en las riberas.

Bajo los puentes de El Lavandero y de Quebrada Seca se aprecian las bolsas desechas por la fuerza del agua de la lluvia del 31 de diciembre, siendo una de las causas de los desbordes.

“Se están canalizando las quebradas, para ello se colocarán taludes de piedra con el objetivo de estabilizar los terrenos de las orillas. También aprovechamos para limpiar la basura, para ello pedimos la colaboración de los vecinos para que no ensucien”, acotó la funcionaria municipal.

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