Entre las historias que reflejan sus dramas, está la de tres niños, hermanos, ‘empujados’ a la calle por la desintegración de su familia y ahora están sumergidos en la clefa, al alcance de cualquier niño que estire la mano con una moneda de Bs 5

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5 de mayo de 2019, 3:48 AM
5 de mayo de 2019, 3:48 AM

¿Cómo es que hermanos, de 11, 8 y 6 años de edad pueden estar viviendo por su propia cuenta en la calle? Los tres niños, ahora sumergidos en el consumo de clefa, forman parte de un grupo de 17 menores que son reunidos en la rotonda de la Madre India por los voluntarios de Calentando Corazones, con la finalidad de darles algo de alimento, tenderles una mano amiga y trabajar en convencerlos para que se rehabiliten. El monumento de la Madre India es testigo de las penurias y dramas de esos menores.

El lugar ha sido ‘loteado’ por 17 niños que prácticamente viven ahí, donde limpian parabrisas a los vehículos que se detienen cuando el semáforo está en rojo. El declive de los tres hermanos comenzó con la separación de sus padres, que los dejaron a cargo de su abuela, la cual también tenía bajo su cuidado a otros cinco de sus nietos.

El mayor de los tres niños en cuestión, de 11 años, empezó salir de la casa de su abuela en el Plan Tres Mil para vender chicles. De eso, a probar clefa y arrastrar a sus otros dos hermanos, solo fue cuestión de tiempo, cuenta Gladys Echenique, que se adentró en la historia de los tres niños y consiguió ubicar al progenitor de los muchachos, quien llegó desde Cochabamba y se los llevó a esa ciudad. Sin embargo, a las pocas semanas, los niños aparecieron en la calle nuevamente.

Además de los 17 ‘asentados’ en la Madre India, los jueves llegan hasta ese lugar niños de otros dos ‘clanes’, que frecuentan las intersecciones adyacentes del segundo anillo de las avenidas Santos Dumont y San Aurelio. En total, los jueves se llegan a juntar entre 35 y 40 menores.

En estos grupos, hay algunos que están en riesgo de caer en situación de calle, pues aunque se dedican a la venta de golosinas y por las noches van a su hogar, el riesgo de que consuman clefa está al alcance desde los Bs 5, que cuesta una botella pequeña con el inhalante.

Marcelo Hurtado, también voluntario, cuestionó que las autoridades de todos los niveles cumplan, entre varias otras, sus funciones en el abordaje de los niños para convencerlos de dejar la calle y en el control del comercio de inhalantes.

Sobre el trabajo de los voluntarios explicó que tardaron cuatro meses en ganarse la confianza de los niños ‘hijos’ de la Madre India. “Primero nos ganamos su confianza, luego hacemos amistad y así llegamos a conseguir autoridad para recién trabajar en mentalizarlos en que deben dejar la calle. Es un trabajo arduo que debe ser sostenible y que las autoridades no hacen”, cuestionó.

Censo y la espera de un plan

El Censo de Personas en Situación de Calle reveló que hay 238 menores de 18 años en las calles y, de estos, 77 son menores de 12.

Se espera el censo de los centros de rehabilitación para saber qué se debe reforzar, señaló Johnny Atila, director del Instituto de Investigaciones de la Uagrm. Con esos datos se debe elaborar el plan estratégico para rehabilitar a estas personas, dijo Guillermo Dávalos. Para esto, el centro de rehabilitación del municipio en la avenida Virgen de Luján, debe servir para la desintoxicación. A su vez, el director del Consejo Nacional de Lucha Contra el Tráfico Ilícito de Drogas (Conaltid), Hugo Siles, ha asegurado que se está gestionando la transferencia de recursos para ítems de ese centro.

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