Se analizan los espacios que podrían ocupar los internos que estaban en el PC-6 y que denunciaron haber sido víctimas de amenazas de los reclusos de régimen abierto

El Deber logo
11 de marzo de 2018, 8:00 AM
11 de marzo de 2018, 8:00 AM

Víctor Hugo Escobar Orellana, más conocido por el sobrenombre de ‘Oti’ y que es el actual regente del penal de Palmasola, no ha salido de régimen abierto o PC-4 desde el día en que una turba del sector donde él cumple su condena por asesinato (30 años de prisión) se salió descontrolada y protagonizó disturbios que derivaron en la fuga de seis reos (cuatro fueron recapturados y dos aún están prófugos), la destrucción del ‘bote’ (área de aislamiento para reclusos con problemas de disciplina) y del PC-6, espacio en el que pasaban sus días de encierro ex autoridades judiciales y policiales. 

Jorge Campos, que el viernes había recibido la información de que sería relevado de su cargo pero que ayer aclaró que aún sigue en sus funciones en la cárcel, dijo que desde el día del motín Oti no ha vuelto a ser visto fuera de régimen abierto.

“Actualmente en Palmasola se vive una aparente calma, ya que la presencia de efectivos de otras unidades que están coadyuvando en las tareas de vigilancia en los diferentes sectores del penal, genera susceptibilidades en los internos”, explicó Campos y añadió que aún el penal, que tiene una tercera parte de los 18.000 reos que son la población carcelaria nacional, no está en total normalidad.

“Las funciones administrativas se están ejecutando normalmente, pero aún se siente la tensión por lo ocurrido”, apuntó el jefe policial.

La gente del PC-6

Las 35 personas que están pasando sus días en el coliseo del área de las mujeres, luego de que escaparan de la turba del PC-4 que pretendía golpearlos, todavía no tienen un espacio definido para ser reubicados.

Las autoridades del penal se reunieron ayer por la mañana para analizar los posibles espacios que pueden ocupar los internos que estaban en el PC-6. Entre los lugares que podrían ser utilizados por ellos, se señala el PC-5 o el ambiente que era utilizado por la Policía, cuando dentro del penal estaba el DP-2.

Mientras esto sucede, de los diez reclusos que fueron retirados del penal y que estaban en el ‘bote’, solamente cinco han sido llevados hasta otra cárcel. El último en ser trasladado fue Mauricio Soliz Rojas, que fue llevado al penal de Beni.

Tags