El alcalde cotoqueño, Wilfredo Áñez, gestionó fondos estatales para construir viviendas para dos sectores más vulnerables, las personas con discapacidades físicas y las madres solteras

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18 de septiembre de 2018, 15:58 PM
18 de septiembre de 2018, 15:58 PM

Andrea Molina conversa entre risas con Hugo Hurtado debajo del tejado de una pequeña vivienda de ladrillo visto en el barrio San Pablo, del municipio de Cotoca. Ella tiene 65 años y desde hace más de dos años está postrada en una silla de ruedas, él ya pasó los 66 años de vida y desde hace una década perdió por completo la visión; al fondo de la casa se ve a un hombre robusto sentado en un sillón que se da modos para interrumpir a sus padres, Andrea y Hugo, y alza la voz de alerta cuando dice: “Ataque”. El drama de la familia Hurtado-Molina es una de las tragedias que motivó al alcalde cotoqueño Wilfredo ‘Coco’ Áñez para tocar las puertas del Gobierno central y así llevar a cabo los proyectos de desarrollo social para beneficiar a las personas con discapacidades físicas y a las madres solteras de esa urbe.

Ya es una realidad la urbanización San Pablo, que alberga a 41 familias compuestas con personas que padecen algún tipo de discapacidad física. La construcción de las casas fue financiada por el Gobierno central, y la municipalidad cotoqueña entregó los terrenos.

Daniel está postrado en una silla de ruedas y está a cargo del par de ancianos que, a pesar de sus limitaciones físicas, se dan modos para prestarle atención al hombre que padece discapacidad múltiple.

En ese barrio, las casitas tienen dos habitaciones, están construidas en un terreno de 250 metros cuadrados y como con el proyecto inicial quedaron fuera otras familias vulnerables, en esta gestión trabajan un nuevo plan de 60 viviendas más para las personas con discapacidad física.

En cada una de las viviendas del barrio San Pablo se construyó una rampla para facilitar el ingreso o salida de las personas que se movilizan en silla de ruedas, las puertas son más anchas de lo normal y los baños y las duchas tienen agarraderas para facilitar el movimiento de las personas.

La idea de ese proyecto, cuenta el alcalde cotoqueño, Coco Áñez, nació tras conocer el drama que le tocó vivir entre 2005 y 2006 al deportista Jorge Durán, que quedó postrado en silla de ruedas tras recibir una bala que le dañó la columna en los enfrentamientos por el sillón edil.

A partir de ahí se buscó la forma de ayudar a ese sector. Se lo organizó, se ubicó el terreno y se buscó el apoyo del poder estatal, a través del Ministerio de la Presidencia y del Viceministerio de Vivienda, y a la par con la ayuda de profesionales se seleccionó a las personas según la gravedad de sus discapacidades físicas.

Desde hace más de un año cada una de las casitas del barrio San Pablo están habitadas y cada familia busca superar cada día el drama que le toca vivir. En esos predios hay electricidad y agua potable, todas las casas tienen piso de cerámica y están habitadas. Algunos de los moradores se dieron modos para levantar una barda para proteger la vivienda de los malvivientes y otros colocaron una pequeña venta.

Por ejemplo, una de las casitas fue asignada a Justina Quiquijana. Ella es padre y madre de dos hijas con problemas de discapacidad física y mental. Una de ellas falleció a causa de un accidente de tránsito cuando salió sola a la calle y su hermana Lucía Aguilar Quiquijana, de 45 años, que tiene deficiencia auditiva y física, se queda sola en la casa mientras su madre, Justina, sale a vender somó y dulces de leche al hospital municipal de Warnes.

Madres solteras

Einar José Alvarez, de 14 años, se ganaba la vida de payasito en un circo, pero por culpa de la epilepsia tuvo que dejar el oficio con el que le ayudaba a sus padres (su madre, diabética y su padre tenía dificultades para caminar) y a sus hermanos menores. En la comunidad San Lorenzo no tenían un lote ni casa propia; eran caseros de unos terrenos.

El problema de salud de Einar José y sus padres, además de la situación precaria en la que vivían en un terreno ajeno, es lo que motivó a diseñar un proyecto de 140 casas para madres solteras de la municipalidad de Cotoca.

A la par del diseño del proyecto para entregar viviendas a las madres solteras con hijos menores de edad, se empezó a organizar en 150 clubes de madres a 6.500 damas que eran responsables de la crianza de sus hijos, luego se puso en marcha el programa Clubes de Mujeres Emprendedoras para dictar los cursos de capacitación en manualidades, repostería, corte y confección, y preparación de comida nacional e internacional.

Cuando ya estaban en marcha esas dos tareas, se empezó a verificar cada uno de los requisitos que se exigía para calificar el proyecto de las viviendas. Lo primero que se verificaba era que la mamá debía residir tres años como mínimo en Cotoca y tener dos hijos menores de 18 años a su cargo.

El proyecto ya está diseñado, las nuevas casas se construirán en el terreno que cedió la comuna cotoqueña por la zona del distrito 5, (final Luján, colindante con el proyecto urbanístico la Nueva Ciudad Santa Cruz) y el Gobierno central construirá las viviendas en beneficio de las madres solteras.

“Hemos escogido esos terrenos cercanos a la Nueva Ciudad Santa Cruz porque cuando se ponga en marcha el proyecto se necesitará mano de obra y ahí nuestras mujeres tienen la posibilidad de trabajar para sustentar a sus familias”, dijo el burgomaestre al explicar que la idea que primó en el momento de elegir el terreno es porque una vez que se ponga en marcha el proyecto urbanístico, las mamás podrán trabajar, por ejemplo, de cocineras o en labores de limpieza.

Precisamente esa idea es la que está madurando en la cabeza de doña Eva Justiniano Peña, que tras la muerte de su esposo se hizo cargo de sus 10 hijos, de los cuales seis son menores de edad.

La mujer es casera de una vivienda en la zona urbana de Cotoca, ocupa dos cuartos pequeños que comparte con sus hijos y una de las mayores, que ya formó su familia, pero vive apegada a la madre. Pero en los próximos días se irá a vivir por la zona de Paila a cuidar una casa. La mujer, de 43 años, se dedica a lavar ropa, prepara manjar blanco, somó y chicha, y sale a vender por la zona del mercado central de esa urbe. También se da modos para preparar artesanías de barro en procura de comercializar los domingos o para la festividad de la Virgen de Cotoca.

Sin embargo, el dinero que genera no le alcanza para hacer estudiar a sus hijos menores, pues solo ingresaron al colegio tres y los otros tres ayudan con las labores de casa, y menos para pensar en construir una vivienda propia.

Sin embargo, ahora con la puesta en marcha del proyecto para construir las 140 viviendas para madres solteras, su situación cambiará. “Mi sueño se hará realidad gracias a este proyecto que desarrolla el alcalde, no importa la distancia del terreno, lo que importa es que tendré techo propio”, exteriorizó con alegría la mujer. Hasta finales de 2019, Áñez prevé entregar 1.000 lotes para beneficiar con viviendas a esos dos sectores.

El alcalde cotoqueño, Wilfredo ‘Coco’ Áñez, saluda a una de las beneficiadas de las viviendas para personas con capacidades especiales.

Hay cinco microhospitales y un hospital de segundo nivel para atender a los cotoqueños

En las dos gestiones del alcalde cotoqueño, Wilfredo ‘Coco’ Áñez, se construyeron cinco microhospitales y un hospital de segundo nivel para atender a la población de dicha urbe; según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), hay 45.519 habitantes.

El centro hospitalario de segundo nivel Virgen de Cotoca fue construido con fondos de la Gobernación y con contraparte de la comuna; está en el centro de la esa municipalidad. Y los microhospitales fueron financiados por el ejecutivo nacional.

En el caso del microhospital de la comunidad fue construido en la zona del barrio El Carmen, del distrito 5; también hay un centro hospitalario en la comunidad La Enconada, Campanero, Puerto Paila y en la comunidad Bisito.

El área de educación también está siendo atendida por las autoridades cotoqueñas. Solo por citar, desde la primera gestión (2010) se construyeron cinco módulos educativos para albergar a más de 13.000 estudiantes que están distribuidos en el área urbana y rural.

Por ejemplo, el módulo educativo Benemérito de la Patria está construido en la zona del barrio Virgen de Cotoca, el San Antonio está en el barrio San Antonio, el San Marcos en la zona del barrio San Marcos y el 24 de Septiembre fue construido en la comunidad Piedades. En La Enconada también hay un módulo educativo. La inversión para ejecutar esos proyectos salió de las arcas municipales.

El incentivo a las artes y la cultura también tiene prioridad. Es así que el municipio de Cotoca ya tiene su propio Coro y Orquesta Municipal. El grupo está compuesto por 90 integrantes que participan en diferentes actividades y festivales.

OTROS PROYECTOS

Apoyo al deporte
El municipio de Cotoca tiene una escuela de fútbol que beneficia a más de 400 niños y jóvenes. Los directores son exfutbolistas de la liga cruceña como el profesor Martín ‘Loco’ Menacho, Limbert Méndez, Juan Gabriel Aguilar y Raúl ‘Cotoca’ Gonzales. Las clases son totalmente gratis.

Tanques de agua 
En la actualidad se están construyendo tanques de agua y perforando pozos en varias comunidades del municipio.

Pavimento 
Se tiene programado ejecutar un proyecto de semaforización y señalización en puntos críticos de la carretera Cotoca-Santa Cruz. También está en carpeta un proyecto de pavimentación de calles y avenidas principales de la comuna.

Alcantarillado
En 2019 se construirá el alcantarillado en el barrio San Antonio. La obra costará más de Bs 2,8 millones y será financiado por el programa Mi Agua 5 con contraparte municipal.

En 2019 
En el POA del próximo año están contemplados los fondos económicos para garantizar el desayuno escolar para más de 13.000 estudiantes. También está contemplada la refacción de todas las unidades educativas.

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