Al salir de terapia intensiva, la víctima no sabía lo que le sucedió. Su madre le dijo que la forense certificó la violación. Desde ese día, dice, enfrenta a “un gran poder económico que ‘compra’ a cualquier persona”

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6 de enero de 2019, 4:00 AM
6 de enero de 2019, 4:00 AM

“Desde el día que presenté la denuncia, movieron mucha plata para cambiar las pruebas y obstaculizar la investigación; vivo una guerra en que cada día descubro que el poder económico compra a cualquier persona para destruir incluso un hecho que está clarísimo. No puedo creer cómo se compra la justicia, todo está podrido”, afirma la madre de la joven de 18 años que fue abusada en un motel el 14 de diciembre por un grupo de jóvenes a los que consideraba sus amigos.

Pesadilla e impotencia por las injusticias, son las palabras que repite y que, dice, resumen todo lo que su familia está viviendo, desde la noche en que ella peregrinó 16 kilómetros a pie a Cotoca y su hija fue invitada a celebrar un cumpleaños. “Cuando despertó, pensó que se había accidentado y preguntó por sus amigos”, dice la mujer que tuvo que decirle que una forense había certificado que esos supuestos ‘amigos’ la habían violado.

Sabe que las personas denunciadas a las que se enfrenta tienen un gran poder económico, por eso busca que todas las autoridades, incluso el presidente Evo Morales, intervengan solo para garantizar que no prevalezca ‘la plata’ por sobre su búsqueda de justicia. Por ello, dijo la madre de la víctima, accedió a hablar con EL DEBER, pese a que lo que menos quiere es exponer a su familia públicamente, pero a la vez cansada de descubrir, según sus palabras, “que la plata puede comprar a cualquier persona, además de cambiar u obstaculizar las pruebas”.

 ¿Qué es lo que ha vivido desde el 14 de diciembre?

Ese día mi hija se estaba muriendo, los mismos médicos dicen que no saben cómo pudo sobrevivir. Hubo una violación de quienes ella creía que eran sus amigos, eso lo comprobó y lo confirmó una forense de la Fiscalía tras que sentamos la denuncia. Esto es una pesadilla que quiero que termine con juicio justo, no con cosas compradas y podridas como las que estamos viviendo.

 ¿Qué cosas son las que están viviendo en la investigación?

Desde el día que presenté la denuncia se movió el poder del dinero para obstaculizar las pruebas: hicieron declarar a un guardia (del motel) cosas diferentes a las que se sabían, entregaron una movilidad lavada una semana después del hecho, en los informes a mi hija le salen un montón de drogas que a denunciados no, uno de ellos dice que no usa celular para no entregarlo, el fiscal departamental dice que no hay pruebas siendo que hay un informe forense que certifica violación.

Hay cosas que no se deben responder como por qué mi hija estaba con rastros de barro y de pasto, por qué tardaron una hora en sacarla del motel después de que se desmayó.

Se habla de cantidades de plata... no puedo creer cómo funciona la justicia en el país; que quien tiene plata pasa por encima de todo.

 ¿Cómo se enteró usted de lo sucedido?

Tengo una promesa hace ocho años por la que voy a pie a Cotoca. A la medianoche me habla mi hija menor para decirme que su hermana estaba en la clínica Ucebol. Me tomé un micro que fue el (viaje) más largo de mi vida y me avisaron que la trasladaron a la clínica Figueroa. Ahí la revivieron porque se estaba muriendo.

Cuando la vi, fue la peor imagen, el peor dolor que pude tener como ser humano. Para cualquier persona sus hijos son su punto más débil, y ahí estaba mi princesa, mi muñeca, deshecha, destruida... yo no entendía, pensé que la quisieron matar.

A las 6:30 de la mañana fui a sentar la denuncia y me pidieron un examen forense. Hice todos los procedimientos que se siguen con ayuda del doctor Ritter, que no me está cobrando un peso. A mediodía fue la médica forense del IDIF y en su informe dijo que hubo violación.

Ahí empezó la lucha para mí porque tenía que dar con las personas que le hicieron eso (ver nota de apoyo en la página 6).

Yo no quiero plata, yo quiero una justicia pero de verdad, justa; ningún dinero puede pagar lo que le hicieron a mi hija y el sufrimiento que vive toda la familia... deben entender que casi le quitaron la vida.

 ¿Qué le dijo su hija cuando despertó?

Preguntó: qué me pasó, mamá; por qué está mi cara hinchada, mis piernas moradas y me duele el cuerpo. Me quedé sorprendida cuando dijo ‘¿y mis amigos?’, porque pensé que se habían accidentado. Le dije que aquellos a los que consideraba sus amigos la violaron y a ella le costó creerlo. Le mostré el examen forense y ella no podía entender cómo pasó eso si había salido a festejar un cumpleaños. 

 ¿Le contó cómo la drogaron?

Me dijo que estaban tomando ron, compartiendo en la discoteca y allí le dieron tabletas diciéndole. ‘para que te sintás mejor’.

 ¿Usted ha hablado con alguno de los detenidos?

Estuve presente en sus primeras declaraciones en que daban versiones diferentes. Ya en la audiencia, a Junior Rosales su papá le dijo que yo era la madre de la víctima y ese joven me gritó: “agradézcame que le salvé la vida a su hija”. ¿O sea que le tengo que agradecer que la drogaron y la violaron y no sé qué más durante más de una hora que ella estuvo inconsciente? Son gente prepotente y altanera que porque tienen plata creen que pueden pisotear a cualquier persona.

 ¿Cómo ha vivido el proceso?

Yo no tengo plata y en esto se paga todo, para arriba y para abajo, si no, no funciona, es lo que he visto.

 ¿Cómo se encuentra su hija?

Todos los días tiene crisis nerviosas y todavía con dolores físicos. Entre los papeleos y mi hija vivo en otra dimensión sin tiempo ni espacio, sin saber qué día es, qué pasó en Navidad o en Año Nuevo, porque vivo en una guerra que cada día descubro que funciona con un poder económico que se compra a cualquier persona para destruir incluso un hecho que está clarísimo. Mi hija está destruida social y sicológicamente, pero la voy a sacar adelante; ella sueña con ser médica y salvar vidas. He decidido no callar porque todos los días me escribe gente diciéndome que oran por nosotros. También he recibido mensajes de modelos y personas que salen en los medios de comunicación que me dicen que han sufrido estos mismos hechos y no denunciaron por vergüenza, pero ya es hora de que paremos esto.

 ¿Qué opina de las declaraciones de la madre de uno de los detenidos?

Repudio esas declaraciones, no puedo creer que una mujer, que es el núcleo de la familia, diga esas barbaridades. Tengo otras dos hijas, de 16 y seis años; ahora me pasó a mí pero luego puede ser a la hija de cualquier otra persona. Mi familia es muy creyente de Dios, por eso solo puedo pedir que Dios la bendiga.

 ¿Qué les dice a las autoridades?

El ministro de Justicia habló conmigo y nos dio su apoyo. Quisiera que intervengan todas las autoridades, hasta el presidente, porque no sé de dónde sale apoyo a los denunciados para que tengan acceso a informes antes que los fiscales y que nosotros, por eso hablaron la anterior semana del informe que el fiscal departamental dio el viernes.

Nosotros solo esperamos que las cosas se hagan bien mientras ellos denigran y revictimizan a mi hija. Siento impotencia y rabia de ver tanta injusticia. No puedo creer que compren a persona, esto está podrido. Yo no tengo plata, pueden revisar mis cuentas bancarias; soy contadora, trabajo desde mi casa y estaba empezando en una empresa. Que quede claro, no quiero arreglar con plata, quiero justicia.

“SALIERON A FESTEJAR EL CUMPLEAÑOS DE SAAVEDRA; LUEGO ELLOS QUISIERON OCULTAR QUE ESTUVIERON CON MI HIJA”

“El 7 de diciembre fue la fiesta de graduación de bachiller de mi hija. En la fiesta, cuando estaba bailando, vi que junto a mi hija estaba un joven que me causó una mala impresión, después supe que era Alejandro Saavedra”, cuenta la madre de la víctima.

Dice esto para señalar que la noche del 14 de diciembre, Alejandro Castro (su compañero de colegio desde que eran niños) y su amigo de 14 años, la convencieron de ir a festejar el cumpleaños de Saavedra, diciendo que él iba a invitar todo. La recogieron de la esquina de su casa a las 19:30.

Al día siguiente, la mujer se propuso dar con quienes dañaron a su hija. Luego de buscar pistas habló con Castro, quien primero intentó ocultar que había estado con ella, pero lo terminó admitiendo y dijo que quería ir a ver a la víctima a la clínica.

“Lo cité y le dije ‘mirame a la cara y decime la verdad porque te conozco desde que eras niño’. Entonces él me dijo que salieron a festejar y que mi hija se puso mal”, comenta la madre.

Agrega que le costó que Castro diga que estaban con Saavedra. Entonces, le pidió que diera una declaración para que ayude a la investigación y así fue que tuvo que citarse a los implicados.

Cuando fueron a declarar ante la Policía y la Fiscalía, salieron los nombres de los otros implicados: Jorge Andrés Justiniano Parada y José Antonio Rosales Franco, además del menor de 14 años.

Aquí además dice que Alejandro Saavedra era el mejor amigo de la expareja de su hija, con el cual recientemente había terminado una relación. También acota que Saavedra, a través del menor de 14 años, invitaba a salir a la joven. Los otros dos implicados también eran amigos de su exnovio.

“Ella salió a un cumpleaños, con amigos, o personas a las que ella consideraba sus amigos, por eso no podía creer lo que le habían hecho”, acota.

En sus declaraciones, dice la mujer, tres de ellos dijeron que habían salvado a su hija porque había entrado en shock y que supuestamente llamaron a una ambulancia.

Sin embargo, la joven en sus declaraciones señaló que en la discoteca le dieron pastillas ‘para que se sienta mejor’, y que le habían dicho que todos ya habían tomado las drogas y que solo faltaba ella. También, la joven dijo en su entrevista sicológica que en la discoteca los jóvenes hicieron un comentario sexual que a ella le molestó y se los reclamó.