La mujer, de 28 años, sufría agresiones físicas y psicológicas, según la Policía

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28 de junio de 2019, 4:00 AM
28 de junio de 2019, 4:00 AM

El miércoles se registró el feminicidio 65 en Bolivia y el noveno en la ciudad de Santa Cruz. La víctima fue Ericka Yeni G. D., de 28 años, quien fue baleada por su marido Marcos Saldías Castro, de 36 años. Esta pareja dejó a un niño de 5 y una niña de 6 años en la orfandad.

El violento crimen fue presenciado por la mayor de los hermanos, quien primero vio discutir a sus padres en el interior de una vivienda, ubicada en la calle 7 del barrio La Chacarilla.

Las investigaciones policiales revelaron que Marcos mató a su mujer disparándole en la cabeza, para luego darse a la fuga el miércoles por la noche.

La División Homicidios de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), liderada por su director Franco Cortez, supo que el autor del crimen se había quitado la vida en el barrio Zaragoza, de La Pampa de la Isla, cuando levantaba el cadáver de Ericka. El suicida utilizó la misma arma de fuego con la que mató a su mujer, para dispararse en la cabeza.

Al tratarse de un feminicidio, la Felcc derivó las investigaciones a la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv).

Los dos menores, que quedaron huérfanos, reciben ayuda psicológica por parte de la Defensoría de la Niñez, mientras los familiares de su madre realizan los trámites necesarios para obtener la guarda legal.

“Queremos que los niños se queden con su abuela y todos los tíos nos encargaremos de su alimentación y de hacerlos estudiar”, explicó Nicanor Morales, hermano de la fallecida.

El familiar dijo que Marco era una persona agresiva que atacaba frecuentemente a su hermana.

Por su parte el director de la Felcv de Santa Cruz, Paúl Saavedra, indicó que están manejando dos hipótesis que desencadenaron el crimen. “Creemos que el hombre mató a su mujer porque le pidió pensiones para sus hijos, pero no descartamos que pudo haber sido por celos”, explicó.

Señaló que el autor del noveno feminicidio cruceño, tenía otra pareja con la cual ya tenía hijos, por lo que se negaba a pagar pensiones a la víctima y la maltrataba física y sicológicamente.